La portavoz del PSOE, Esther Peña, se lució en la rueda de prensa explicativa de los resultados electorales. Empezó dejando clara su voluntad de hacer autocrítica, en esto sí podemos dar lecciones a los partidos de la derecha. Aquí sí lleva razón, por lo menos respecto al PP, partido al que no se ha oído ningún esbozo de autocrítica por los resultados. ¿Y cuál es la autocrítica de la señora Peña, si puede saberse? Pues que el PSOE obtuvo el 14% de los votos de los gallegos, mientras el PP, en las últimas elecciones vascas solo alcanzó el 6% y en las catalanas, el 4.

Resolvió sus esperanzas de futuro tirando de refranero, siempre que llueve escampa, dijo, pero se pasó al decir: “Vuelvo a tirar de refranero: la tierra para el que la trabaja”. Mujer eso no es un refrán, sino una consigna acuñada por Emiliano Zapata, que por lo demás se equivocó en su formulación: la tierra no es para el que la trabaja, sino para quien la recalifica.

En fin, a lo largo se su comparecencia dejó algunas pruebas más de sus carencias intelectuales. Y también de las morales. No le quitaré yo razón alguna en su denuncia de que la Consejería de Sanidad envió un sms anunciando aumentos salariales a los trabajadores sanitarios de Galicia. La Junta electoral ha de darle la razón, creo yo. Mi paisana Peña debería haber incluido en su denuncia el viaje a Ferrol de Sánchez en plena campaña electoral, en el Falcon pagado por todos, claro,  y anunciando la inminente construcción de un buque para la Armada, 439 millones y 1.800 puestos de trabajo. La Junta Electoral Central le ha instruido un expediente sancionador por hacer campaña electoral violando el principio de neutralidad política. Pero no quiero hacer sangre, ya comprendo que no se puede estar en todo y Esther Peña es nueva en lo suyo, como Gómez Besteiro, que por eso no consiguió mejores resultados.

También se puso optimista al comentar que el PP ha perdido apoyo electoral durante la última legislatura. Los fríos datos cuentan que el PP consiguió 72.729 votos más que en 2020, mientras los socialistas perdieron 46.059 durante el mismo periodo. Con la misma facundia de todos sus compañeros, desde el altivo secretario general a la que pesca en ruin prensa,-pongamos que hablo de Verónica Fumanal, la portavoz ha pasado de plantear las elecciones como un test para Feijóo a sostener que no, y a afirmar que la amnistía no tiene nada que ver con el descalabro, como prueban los buenos resultados de Ana Pontón, que también la defiende. Hay una diferencia. Los socialistas han sido los únicos que pasaron de considerarla anticonstitucional a defenderla como garantía de convivencia por unos resultados electorales.

Baste decir que esta buena mujer continúa una tradición de portavoces socialistas desasistidos del don de la palabra: Celáa, Montero, Rodríguez y Alegría en el Gobierno: Ábalos, Lastra, Héctor Gómez y Patxi López en el Congreso y Oscar Puente, Felipe Sicilia, otra vez Alegría y Esther Peña como portavoces del partido. A la inmensa mayoría solo les falta hablar.

A Sánchez se le están empezando a caer los palos del sombrajo. Solo falta ver cómo se las arregla esa inmensa mayoría de socialistas realmente existentes para sacudirse la mugre, el envilecimiento que les ha inoculado Pedro Sánchez.