Santiago González, El Blog de Santiago González, 17/6/11
Todo va, poco a poco, a su ser. La normalización era esto: hacer al nivel de ayuntamientos normal, lo que a nivel de kale (borroka) era simplemente normal. Según este titular de la portada de ‘El Correo’, los escoltas que protegen la seguridad de los concejales no nacionalistas no son personas autorizadas a entrar en el Ayuntamiento de Andoain, ese pueblo en el que también un alcalde batasuno el 8 de febrero de 2003, cuando asesinaron sin que él pestañeara, al jefe de la Policía Municipal, Joseba Pagaza.
Esta semana veíamos que uno de los tipos por los que algunos concejales tienen que ir escoltados se autodefinía como persona autorizada en el Ayuntamiento de Lizarza para decidir que los periodistas son como los escoltas en Andoain, personas no autorizadas. Todo se va pareciendo a aquel febrero de hace ocho años, un mes antes de que el Tribunal Supremo ilegalizara a Batasuna. Están en tregua, pero a cambio tienen más poder que nunca.
La opción que no condena los 858 asesinatos de ETA ni exige la disolución de la banda terrorista va a hacerse con la Hacienda Foral de Guipúzcoa, gracias a Pascual Sala y sus cinco, al Gobierno, al partido que lo sostiene. No se trata ya de que los guipuzcoanos se sientan transparentes para la nueva Batasuna. Todos los españoles, sus cuentas y otras intimidades estarán a un clic de ratón del señor Haritzak o cualquier otro independiente a quien ponga Bildu al frente del tema, un autorizado, vaya.
Ayer, los Gatitos aportaron el lema del tiempo nuevo. Bildu es más que un movimiento político.
Santiago González, El Blog de Santiago González, 17/6/11