Cristina Almeida ha exhibido a lo largo y ancho de sus declaraciones una cierta procacidad y un notable exhibicionismo en el terreno sexual. Hace cosa de cuatro o cinco años hizo una declaración de principios muy notable: que a su amiga Carmena y a ella las llamaban “la Sofia Loren y la Raquel Welch de la noche madrileña”.
Así las cosas no es de extrañar que hace algo menos de dos años corriera por las redes una firme determinación suya: “Nunca haría el amor con un facha”. Lo recordamos aquí porque Alfonso Ussía se dio por aludido y lo ha rescatado para la actualidad, replicando: “Gracias, Cris. No sabes el peso que me quitas de encima”.
La ministra de Sanidad, harta ya de estar harta y de hacer el ridículo los jueves en la Asamblea de Madrid por los zurriagazos políticos que le propinaba sistemáticamente la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuno, se fue a hacer el ridículo en el. Minsterio de Sanidad, en el que ha superado las marcas que dejó Salvador Illa. Ante la ola de gripe y el repunte de los casos de Covid, la ministra de Sanidad, Mónica García, también llamada Mema, plantea aprobar una autobaja de tres días con el fin de aliviar la saturación de los centros sanitarios. La medida, que tendrá que someterse a votación en el Consejo Interterritorial de Salud que se celebra este lunes, ya se adoptó en pandemia. Según ella misma ha explicado en Onda Cero, la idea es que los trabajadores puedan «justificar una enfermedad leve durante los tres primeros días» mediante una «declaración responsable», sin necesidad de acudir presencialmente al médico. José Fdez. Torres se preguntaba: “¿Autobajas responsables? La memanistra regala a los sindicatos una fantasía capaz de superar la del buffet libre de marisco”.
Esta pobre considera que los pacientes van al médico para que les extienda una baja y opina que si se pueden coger la baja por propia iniciativa, dejarán de ir al médico y aliviarán la sobrecarga de pacientes en los hospitales.
El grandísimo Luigi PROPONÍA en mi blog un calembur muy eficaz que la define: “Mónica García: De Mas Madrid a Más Carilla”.
Parece que el PSOE está empezando a sufrir un cierto angor por el ‘no’ que ya se empieza a temer como seguro de Junts a sus tres decretos. Ante un panorama poco diáfano, los socialistas han recurrido al plan B, dicho de otra manera, pedir sopitas al PP para que les resuelva la papeleta. A mí me gustó, también me sorprendió un poco, la respuesta que daba ayer Feijóo al partido que soporta a Puigdemont al frente del Gobierno: “No vamos a arreglar los problemas internos del desgobierno”. Era un pronunciamiento cabal, exacto. También pudo añadir: “No es no. ¿Qué parte del ‘no’ no han entendido?” pero las palabras dichas bastaban. No hacían falta más circunloquios. Claro que ha intervenido después para ponerlo en claro Borja Sémper. O sea, para poner condiciones, lo que es una oportunidad para Sánchez. Su ministro Tres en Uno, el inmarcesible Bolaños ya ha llamado a Cuca Gamarra para pedir sopitas, al tiempo que tratan de negociar también con los de Puigdemont, mientras Yolanda Díaz trataba de seducir a Borja Sémper. Será difícil que satisfagan a los dos con la misma propuesta, pero aceptarán a los que más barato se lo pongan. Y si el PP no traga, lo acusarán de oponerse a que España reciba los fondos de la Unión. En fin, ya conocemos el paño, pero los populares deberían tener una cosa clara sobre todas las demás: no hay nada de tanto interés para España como echar del Gobierno a Pedro Sánchez y toda la mugre que lo acompaña.
Jordi Sevilla se adelantaba señalando la culpa del PP: “O sea, que lo importante para Núñez Feijóo no es si mejoran o no la vida de los españoles sino derrotar a Pedro Sánchez en el clçasico quítate tú para ponerme yo””, Don Uno le preguntaba: ¿Pero no teníais 179 votos a vuestro favor y por eso habíais ganado las elecciones en vez del PP…?”
Frente a la última chuminada del Gobierno, el magnicidio del muñeco, Pastrana oponía en X un argumento impecable: “El PSOE habla de magnicidios con conocimiento. Cogieron al líder de la oposición, lo subieron a un coche, le pegaron un tiro y arrojaron el cadáver a la puerta de un cementerio”.
Patxi López expresaba su incapacidad para asumir la falta de lógica de Puigdemont: “No es entendible que haya quien haya apoyado a un Gobierno progresista y que luego, cuando llegan las medidas progresistas, luego no apoyen esas medidas”. No entiende este patán que no le votaron por progresista, sino para conseguir la amnistía y lo que cuelgue.