¡Ay, estos nietos!

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 14/10/15

· Son los nietos de quienes diseñaron la Constitución del 78, que, muy a la española, quieren enviarla al cuarto de los trastos viejos.

La respuesta furibunda de la extrema izquierda a la celebración de la Fiesta Nacional advierte de que tenemos un problema gordo. Primero, porque esos extremistas, que no por algo se llaman «antisistema», están contra todo: contra la monarquía, contra la democracia parlamentaria, contra Europa, contra la España que heredamos y la España que tenemos. Luego, porque están ya dentro del sistema que intentan derribar, gracias a las facilidades que les hemos dado, empezando por quienes les votaron por despecho hacia otras formaciones, aunque no comparten su ideario. Unidos a los nacionalistas separatistas que persiguen los mismos fines desde la otra punta del espectro político, el conservadurismo, forman una fuerza mucho más temible de lo esperado.

¿Quiénes son? Pues todos los que no estaban el lunes en la recepción de Palacio ni en las aceras de la Castellana agitando banderas españolas o viendo el desfile por televisión. Los que quieren tirar al cubo de la basura todo lo que esa fiesta y esa celebración representan. En una palabra: los que consideran nuestra democracia hueca, y la Transición, falsa.

La Transición, como saben quienes la vivieron, aunque no sé si se lo enseñaron a los que llegaron luego en las escuelas, fue un pacto entre los que ganaron la Guerra Civil y los que la perdieron, para que aquello no volviera a ocurrir. Un pacto al que se unieron sus hijos en su inmensa mayoría. La cosa funcionó, incluso estupendamente, durante bastantes años, hasta que la poca experiencia española en democracia –viendo en ella sólo derechos y no deberes– y el viejo cainismo han llevado el experimento al borde del colapso. El detonante fue la crisis económica, que produjo millones de parados, especialmente entre los jóvenes, que no encuentran salida a sus vidas e, indignados, nutren las filas de los nuevos partidos.

Son los nietos de quienes diseñaron la Constitución del 78, la «pactada», que, muy a la española, quieren enviarla al cuarto de los trastos viejos, con la Monarquía, la Navidad, los toros, el Ejército, Europa e incluso Hispanoamérica, excepto aquellos movimientos que buscan lo que ellos: acabar con todo rastro hispano y volver al indigenismo. Mientras que en Europa buscan acabar con la democracia parlamentaria, con el liberalismo, con el capitalismo, con el libre mercado, con la tradición judeo-cristiana, en una vuelta al más puro y duro bolchevismo.

¿Es posible? Todo es posible en este mundo y esto lo hemos facilitado nosotros mismos al violar la democracia que nos dimos, en vez de cumplir sus normas. Ya lo predijo Lenin: «Los capitalistas nos venderán incluso la soga para ahorcarles». Pero, antes, Marx había advertido de que «la historia se repite, primero como tragedia, luego como comedia». ¿Quién de ellos tendrá razón? Sólo el futuro podrá decírnoslo. Concretamente, el 20 de diciembre.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 14/10/15