- Sánchez envía kamikazes contra Ayuso. Gente menor y asilvestrada, nacida para perder. Navajita plateá es el último espécimen, la ministra que nunca existió
Isabel Díaz Ayuso, con modulada prudencia, llamó ‘tirano’ a Pedro Sánchez lo que produjo un mesurado revuelo en el corral del progreso. Unas cacatúas se molestaron y otras exhibieron su enojo con escasa convicción. Peor hubiera sido que exhibiera ‘el otoño de patriarca’, lo que sí hizo Alberto Núñez Feijóo en su día y provocó airada respuesta del aludido. Nunca se supo si por lo del ‘otoño’ o lo de ‘patriarca’. A Sánchez solo se le entiende cuando miente.
Aumenta el club de haters de la presidenta, con incorporaciones, todo hay que decirlo, de muy ecasa entidad. La izquierda española es de tamaño pigmeo, tanto en lo ético como en lo intelectual, con lo que el libreto resulta tan aburrido y cacofónico como una novela de Millás o una alineación de Luis Enrique. Hubo tiempos mejores. «España me debe una», declaró la presidenta cuando se cargó a Pablo Iglesias. Fue el primero en caer. Saltó de la vicepresidencia del Gobierno y luego del modesto escaño en la Asamblea madrileña. Apenas diez escaños logró este espartaco de baratillo frente a los 65 de la lideresa popular. Se refugió en la radio de un grande de España, desde donde la bombardea semanalmente. No le escucha ni el conde. Ahora maquina para amargarle el Falcon a su socio.
Ayuso pone la música y los mílites de Iglesias van cayendo, a paladas. Una procesión de liliputienses mentales camino del sacrificio
Muchas muescas aparecen en la culata del revólver tranquilo de Ayuso. Ella sola ha finiquitado a una nutrida gavilla de especímenes de la gauche imbécile. En la pandilla de Podemos, por ejemplo, se notifican las defecciones al ritmo de las vilezas en las alforjas de Marlaska. Isa Serra, portavoza morada; Julio Rodríguez, exjemad rojo; Carolina Alonso, que fue vocera en la Asamblea… y así un buen número de caídos por la hoz y su caudillo, en número suficiente como para orquestar un orfeón. Ayuso pone la música y los mílites de Iglesias van cayendo, a paladas. Una procesión de liliputienses mentales camino del sacrificio. Alejandra Jacinto es la última en llegar. Hija de periodista, ha resultado elegida cabeza de cartel para su ejecución en las urnas de mayo.
Allí se encontrará con Mónica (García) Médica y Madre, MMM, que confirmará su sorpasso sobre el PSOE de mayo de 2021. Los socialistas presentan a Lobato, que es como se llama a los pequeños en los boy scouts. MMM, de Más Madrid) ha promovido con entusiasmo una huelga de sanitarios para animar la precampaña. Un dejà vu. La izquierda madrileña, tan peronista, se la pasa movilizando piqueteros contra la presidenta de la Comunidad, bien Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Ayuso… Batas verdes, batas blancas, batas moradas. Hubo un día en el que el 60 por ciento de la plantilla de los galenos se dijo de baja y no se presentó a su puesto de trabajo. Todos enfermos, te lo juro por Hipócrates.
Canarias (ministra Darias, es su zona), Valencia, País Vasco, Aragón, Cataluña, Extremadura, anuncian medidas de protesta, paros y demás signos de hartazgo. ¿No era Madrid? ¿No era Ayuso?
Los medios oficialistas regüeldaban cada mañana ruidosas enormidades sobre el desastre caótico y preapocalípto de la sanidad madrileña. Una cascada de huelgas y titulares durante más de un mes. Un acoso mediático sobre la Puerta del Sol. Hasta que un día, este lunes, El país pinchó su propio globo. «Los médicos españoles se rebelan», apuntaba en portada. Los profesionales de toda España abandonaban su clamorosa quietud y dejaban oir su desaliento. Canarias (ministra Darias, por su zona le gritan), Valencia, País Vasco, Aragón, Cataluña, Extremadura, anuncian medidas de protesta, paros y demás signos de hartazgo. ¿No era Madrid? ¿No era Ayuso?. MMM sigue bramando, ajena a su propio ridículo.
María de las Mercedes González, delegada del Gobierno en Madrid, acaba de incorporarse a la cofradía de los odiadores. Candidata frustrada a la alcaldía, se desahoga enhebrando réplicas a la presidenta. En el festejo de la Constitución (¿conocen?) enunció un desabrido troleo de frases alicortas: «La única dictadura que ha habido en la España reciente es la de Franco«. Exaltación de la exhumación. Cánticos excelsos sobre la emasculación del Valle. Quejas de loser, lamentos de malquerida. Sánchez ya no la mima. Las bandas latinas la encocoran. No da una.
‘Navajita plateá’ en acción
Reyes Maroto, candidata a la alcaldía malgré elle, no ha perdido ocasión de participar en el coro de las injurias. Lo hizo desde la rueda de Prensa del Consejo de Ministros, convertida ya en tribuna mitinera desde la que, lejos de informar sobre la gestión gubernamental, que no existe, se arrojan venablos contra la oposición en un empeño sin duda indigno. Maroto, más conocida como ‘navajita plateá’, dedicó unas cuantas parrafadas a verter maldades sobre la triste realidad en la que sobreviven los madriles y los madrileños bajo la sádica bota de su actual presidenta.
Desde hace tres décadas, Madrid engulle sin descanso todo tipo de aspirantes de la izquierda, catedráticos, economistas, gentes del basket, sindicalistas, simancas, una hija de almirante golpista. De todo ha habido. «Nunca ganarás Madrid», le espetó un paisano a Sánchez en una de esas performances blindadas que tanto detesta. El gran mandarín lo intentó todo durante la pandemia. Recurrió a añagazas tóxicas, a trucos de cosario. Un fracaso de estrépito. No desiste. Ahora ha enviado a un Lobato para conquistar Sol. Ayuso, quedamente, se los va zampando. En mayo se dará otro atracón.