Mikel Buesa-La Razón
- En su relativamente corta trayectoria, ha destacado sobremanera en la defensa de los valores liberales, no sólo en lo político, sino también en lo económico
Ciertamente, Isabel Díaz Ayuso es una mujer joven y pudiera parecer que aún debe acumular varios trienios. Pero hay que señalar que, en su relativamente corta trayectoria, ha destacado sobremanera en la defensa de los valores liberales, no sólo en lo político, sino también en lo económico, donde mercado y empresa interaccionan para sostener el progreso. Ello, sin tener que desmerecer a la administración pública que ella misma dirige, sino todo lo contrario. Y esto, en una universidad como la Complutense, donde radica la Facultad que puso en el candelero las ideas sobre el libre mercado que a la postre acabarían arrumbando el estatalismo franquista y conduciendo a la sociedad española hacia la senda del desarrollo y la prosperidad, debería haberse tenido en cuenta a fin de proponerla para un doctorado «honoris causa». Mi maestro Juan Velarde ha recordado esto muchas veces aquí, en su tribuna de La Razón, destacando el papel de los economistas de su generación –y el de las posteriores–, formadas en ese centro docente, que hicieron suyo el consejo del que fuera su decano, Manuel de Torres Martínez, de modo que supieron «adoctrinar a la sociedad, mejorándola y haciéndola más justa y más estable, más progresiva y equilibrada a la vez». Ese legado, hoy, en lo político, inspira la gobernación de Ayuso. Justo sería reconocérselo.