- Este 6 de septiembre será recordado como el día que Isabel Díaz Ayuso fue nombrada presidenta de Tabarnia en Madrid
Se unen así las dos gloriosas tierras de Tabarnia y Tabernia en la figura de doña Isabel, hermanando de manera indestructible salero, gracia, contundencia política y mala bajandí contra el adversario. Tiemblen las médicas y madres, tiemblen los lacitos amarillentos, porque esa Entente Cordiale que ahora reúne a Ayuso y a Boadella, insigne presidente de Tabarnia, ha de ser luz de Trento – alógena, por supuesto -, martillo de herejes y sierra de calar de Bricomanía.
En mi humilde calidad de Ministro de Cultura de Tabarnia estaré ahí junto a otros distinguidos compañeros de gobierno como don Tomás Guasch, a la sazón Ministro de Deportes y Orsays , don José María Fuster Fabra, Ministro de Gobernación, Justicia y No Te pases Que Te Meto, o el ínclito y honorable don Juan Carlos Girauta, Presidente del Consejo de Estado Chestertoniano, que darán lustre a tamaño evento con su buen decir y mejor hacer. Que Ayuso merece ser nuestra presidenta madrileña ni se discute, así como la valía de los embajadores que allí se nombrarán entre los cuales me permito citar a mis admirados Manolo y Ramón, el Dúo Dinámico, mi admirado don Alejo Vidal Quadras, mi no menos admirado don Ramon Tamames o el muy querido por todos don Mariano Gomá, ejemplo de resistencia frente al separatismo.
Y no cito más porque la lista es interminable, pero el acto promete habida cuenta de la calidad de los distinguidos. Ahora bien, seguro que a estas alturas habrá alguien que, aquejado de la natural incredulidad de quien está acostumbrado a leer las encuestas de Tezanos, se preguntará de qué carajo sirve todo esto y en que contribuye a la lucha por normalizar esa parte de España llamada Cataluña. Pues miren, como Ministro de Cultura que soy, les debo una explicación y esa explicación que les debo se la voy a pagar. Nada molesta más a quien detenta un pensamiento totalitario que la risa, la burla, la cuchufleta. Lo he dicho miles de veces, no hay tirano que soporte enfrentarse a toda una plaza atestada de gente cachondeándose de él.
Nada molesta más a quien detenta un pensamiento totalitario que la risa, la burla, la cuchufleta. Lo he dicho miles de veces, no hay tirano que soporte enfrentarse a toda una plaza atestada de gente cachondeándose de él.
Lo sabe muy bien Albert Boadella, que empezó a hacerlo hace mucho con aquella “Operació Ubú” que desató las iras de Pujol; lo saben muy bien quienes han ejercido la sátira contra esos sátrapas pagados de sí mismos e hinchados de vapor. Si me permiten, un servidor lo sabe porque durante años los caricaturicé a ellos y a todos los partidos primero en “El jardín de los bonsáis”, con Luis del Olmo”, y luego con su versión catalana en “El pati de els Tarongers” en COM Ràdio.
Así que la utilidad de Tabarnia, más allá de que algún día pueda llevase a la práctica como proyecto político, a saber, independizar Barcelona y algunas partes adyacentes del resto de Cataluña, convirtiéndose en comunidad autónoma propia, es la de provocar, irrita y poner delante de un espejo a los separatistas utilizando su misma retórica, sus mismos desvaríos, su misma irracionalidad para demostrar cuan locos están y cuan profundo es su desvarío. Sí, queridos amigos, a fuer de tabarneses somos catalanes y españoles, igual que la presidenta Ayuso es tabernaria a fuer de madrileña y española. Y como sea que entre iguales nos entendemos, hemos nombrado a esa mujer tan castiza, tan guapa y tan audaz nuestra presidenta en Madrid.
Por cierto, sepan que el oso madrileño es de origen catalán, concretamente de Samarruga de la Punta. Lo que pasa es que se hartó de tanto lazi y se vino a Madrid donde se le ha tratado como a un oso más. Acerca de que San Isidro se llamase Isidre y cultivase mongetes en La Seo de Urgel todavía no hay datos, pero ya vendrán, ya.