Aznar regresa: «España es nuestra tarea»

EL MUNDO 13/01/17
 
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José María Aznar vuelve a la política, encaramado en la Fundación Faes. Si alguien aún albergaba dudas de qué haría el ex presidente tras desvincular su laboratorio de ideas del PP, ayer lo aclaró él mismo. «Vamos a ofrecer ideas y políticas a la sociedad española. Es lo que hemos hecho siempre y es lo que vamos a hacer», aseguró en el acto de presentación de la «nueva etapa» de Faes. Porque «España es tarea de todos, no sólo de algunos». «España –repitió– es nuestra tarea y queremos hacerla bien, desde nuestro sitio».

Con España como objetivo, el ex presidente regresa a la escena política en un momento, afirmó, «realmente clave de nuestra historia como país». Para decir lo que nadie quiere decir. Para opinar sin reservas, una vez que Faes ya no está ligada al PP y que él ha abandonado la Presidencia de Honor del partido. Habrá quien crea, como le sucede a la dirección del PP, que en estos años el ex presidente nunca se ha contenido, pero él piensa justo lo contrario, que ha callado para no perjudicar a su partido y que sólo se ha pronunciado en momentos muy concretos.

Julián Marías, recordó Aznar, escribió que en España «apenas se dice lo que realmente pasa, sino que, más bien, se dice que pasa lo que alguien dice». Esta desconexión con la realidad, defendió, «no es buena para un país» y «no queremos practicarla».

Aznar se propone hacer un nuevo diagnóstico de la situación de España, como hizo antes en los años 90. Considera que las cosas no van bien y que es «apremiante» superar lo que él llama la «suma de fragmentaciones –electoral, generacional, territorial–» que están privando a España de un proyecto político a la altura del reto actual. Aunque el ex presidente no abundó en todas, estas fragmentaciones son fácilmente identificables: el fin del PP como único partido del centro derecha, la irrupción de Ciudadanos y de Podemos, el desencanto de los jóvenes con la política y su huida del proyecto popular, y, por supuesto, el desafío independentista catalán. Estos son algunos de los asuntos que la nueva Faes se propone tratar.

El acto de ayer fue sólo un mero aperitivo. Con el director de la Fundación, Javier Zarzalejos, como moderador, los ex ministros Alberto Ruiz-Gallardón y Josep Piqué y la economista Rocío Albert dialogaron sobre Cataluña, sobre la necesidad de un rearme ideológico y sobre la victoria de Donald Trump en EEUU. En este contexto, Ruiz-Gallardón defendió que el PP en los últimos años «sacrificó la proclamación de los principios» para «aumentar su base electoral». «Hemos estado avergonzándonos de proclamar aquello que en realidad pensamos». Un error que él asume también de manera personal, pese a que tras haber sido el referente del centro en el PP dimitió como ministro de Justicia porque el partido no admitió su proyecto de reforma de la Ley del Aborto para sustituir la ley de plazos actual.

No vale, sostuvo ayer Gallardón, con la gestión eficaz para lograr el voto de los ciudadanos, sino que hay que convocarles a «un proyecto compartido». Una idea que también ha defendido públicamente Aznar, con la diferencia de que él no cree que en el Gobierno de Rajoy haya una buena política económica.

A la convocatoria de Faes acudieron inesperadamente los vicesecretarios del PP Javier Maroto y Andrea Levy. Desde esta semana empieza a ser muy perceptible en las declaraciones de la dirección del PP un intento de ser más cordial con el ex presidente y de destacar la importancia de su figura, en lugar de minimizar lo que representa, como se ha hecho en otras ocasiones. La presencia ayer de los vicesecretarios y sus declaraciones posteriores lo confirman.

Pero al margen de esta postura, desde Moncloa Rajoy, con su actitud y con sus palabras, vino a confirmar la ruptura de lazos con el viejo equipo del PP liderado por Aznar, que ahora habita en Faes. El presidente ni siquiera les presta atención. «No tiene sentido», dijo minutos después de que finalizara el acto de la ex fundación del PP, «que yo comente lo que dicen unos y otros, sobre todo sin haberlo escuchado».

Con estas palabras el presidente despachó, con un punto de desdén, la posibilidad de hacer una valoración de las reflexiones de Gallardón y los complejos del centro derecha. Rajoy no quiso entrar al debate, rehusó de plano dar respuesta a estas declaraciones y antepuso a cualquier polémica su decisión de dedicarse en exclusiva a sus «responsabilidades como presidente del PP y del Gobierno».