Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 1/12/11
Lo escucho en boca de dos figuras del mundo económico: el mal es la falta de liquidez. Como la palanca de Arquímedes, dadme liquidez y moveré el mundo. Las miradas vuelven a posarse sobre el FMI (Fondo Monetario Internacional). El sueño evoca uno de esos cañones de nieve que blanquean la montaña bajo un cielo perezoso. Los banqueros hablan de “la manguera”, como en la reconstrucción de la Europa machacada por la II Guerra Mundial. ¿Lo llegaremos a ver?
Ayer ya vimos cómo los mercados saludaban la acción concertada de los bancos centrales (Europa, EEUU, Canadá, Reino Unido, Japón y Suiza). Eso, la manguera. Lo importante es crecer, claro, pero lo urgente es desbloquear el crédito interbancario. Los banqueros se lo tienen dicho a Mariano Rajoy. Se lo oyó decir a uno de ellos la semana pasada: “Los clientes se fian más de los bancos que los bancos entre sí”.
Si los sindicatos le hicieron una huelga general a un Gobierno ideológicamente más próximo, no parece previsible un pacto social con una patronal y un Gobierno del PP ideológicamente más distantes
Por fin se desinfla nuestra prima de riesgo. Buena noticia. Ya solo falta que los políticos tomen ejemplo de los grandes bancos centrales y, especialmente los mandatarios europeos, se coordinen para actuar conjuntamente. Y usted que lo vea. A ser posible, con España en el centro de las decisiones. Eso es más difícil. El episodio bufo de Arias Cañete en Paris no da para ser optimistas. A las puertas del despacho del ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, se quedó su “homólogo” español, plenipotenciario de Rajoy en el intento de presentar la irrenunciable candidatura al núcleo duro del euro.
No solo lo ha puesto de manifiesto el ex alto representante de la UE, Javier Solana, preocupado porque nuestro país sea un actor secundario en las relaciones internacionales de poder. También en medios empresariales y financieros se detecta una desazón añadida por la ausencia de España en la reciente cumbre Francia- Alemania-Italia, donde se ha estado cocinando la agenda de la próxima cumbre europea.
Al menos acabamos de conocer el nombre del ministro de Asuntos Exteriores del futuro Gobierno Rajoy. No es una noticia, ojo, sino una deducción lógica. Además encaja en el perfil que ya Mariano Rajoy había sugerido para la persona llamada a ocupar el cargo: conocedor de idiomas y tan ducho en temas económicos como el propio ministro de Economía. Con las mismas, sólo las deducciones lógicas, y no las noticias, dejan rastro de los encuentros de Rajoy con el presidente de la patronal, Joan Rosell, y los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y de CCOO, Fernández Toxo. La reforma del mercado laboral como pretexto. Rajoy ya ha dicho que mejor un acuerdo, y si no lo hay, usará el BOE.
A modo de “titulares”, como diría Rosell, los líderes sindicales también dejan el suyo: “Colaboraremos con el Gobierno pero sin renunciar a la defensa de nuestras alternativas”. Utilicemos de nuevo la lógica en base a los antecedentes. Si los sindicatos le hicieron una huelga general a un Gobierno ideológicamente más próximo (septiembre de 2010, contra los recortes), no parece previsible un pacto social con una patronal y un Gobierno del PP ideológicamente más distantes. Lo cual no quiere decir que prefieran quemar neumáticos en la Castellana. Ni mucho menos convocar una huelga general después del relativo fracaso de la que convocaron hace algo más de un año.
Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 1/12/11