Basagoiti debilita al ‘lehendakari’

Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 25/1/12

En el deseo del lehendakariPatxi López, y de su socio parlamentario, Antonio Basagoiti, por marcar un perfil propio en la recta final de esta legislatura se atisba un choque de trenes. De hecho, la colisión empieza a tomar cuerpo con demasiada facilidad, coincidiendo, curiosamente, con el estreno del Gobierno deMariano Rajoy, de un lado, y con el Congreso del PSOE, de otro. Ha bastado que los socialistas vascos cuestionen las primeras medidas económicas de Cristóbal Montoro para que Basagoiti, siempre con un verbo directo y a ras de suelo, venga a replicar a López acusándole de «estar desnortado» y de que nunca olvide de que está en manos del PP.

Después de largos meses soportando las duras críticas de los populares aRodríguez Zapatero en su convulsa recta final, los socialistas vascos -fieles a Alfredo Pérez Rubalcaba- han aprovechado el recorte de Rajoy para recuperar un discurso socioeconómico más propio de su ideario, del que parecían haber huido por la responsabilidad del gobierno anterior. Pero a sus socios no le ha gustado la reacción y por eso han llegado a advertir al lehendakari de que se dedique exclusivamente a su acción de gobierno si no quiere dejar a su partido sin la penúltima autonomía que les queda.

Tal escena de confrontación entre los dos partidos que sostienen al Ejecutivo socialista augura un final de legislatura en Euskadi demasiado complicado. Incluso, incorpora una fría sensación de inestabilidad nada propicia para consolidar algunas medidas económicas de imperiosa necesidad ante la crisis. En este contexto, si nadie acota el campo de la discrepancia, llegar hasta marzo de 2013 puede ser un camino demasiado tortuoso para todos.

Bien es cierto que el PP vasco siempre ha hecho gala de su condición desequilibrante hacia Patxi López, pero a partir de ahora parece exhibir una nueva exigencia a su socio que se antoja ventajista: evitar todo desgaste de su Gobierno en Madrid. Frente a tal mordaza dialética, el PSE-EE podría ver cortocircuitado su lógica oposición desde la atalaya que siempre se le ofrece a unlehendakari. Más aún, pondría en riesgo la necesidad de rearmar su discurso con la vista puesta en las próximas elecciones autonómicas. ¿Cómo se consigue esta convivencia de intereses tan contrapuestos?

Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 25/1/12