DIARIO VASCO, 15/2/12
Rajoy delega en el líder del PP vasco la búsqueda de un consenso con PNV y PSE, para el que se compromete a dar «pasos firmes»
El Gobierno está dispuesto a dar «pasos firmes» para consolidar el final de la violencia en Euskadi, pero Mariano Rajoy quiere acometer cualquier medida desde la discreción para no generar tensiones dentro de su partido ni dar la impresión de que atiende a las reivindicaciones de la izquierda abertzale. Tras la reunión de ayer en La Moncloa entre el presidente del Gobierno y el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, será este último el encargado de «tejer complicidades» con PSE y PNV para lograr un consenso básico en las líneas de actuación para esta nueva etapa. A partir de hoy, Basagoiti abrirá un diálogo con Patxi López e Iñigo Urkullu que espera culminar con un documento conjunto que ponga la disolución de ETA como gran prioridad. La izquierda abertzale no será invitada a ese consenso a tres bandas hasta que no dé «pasos fehacientes» en contra de la violencia.
La oferta que trasladará Basagoiti al lehendakari y al presidente del PNV tiene dos vertientes. La primera es pública e incide en tres ejes en los que PNV, PSE y PP siempre han tenido una postura cercana: la valoración del cese definitivo de ETA como una buena noticia, la exigencia de disolución definitiva de la organización armada y que ésta no obtenga ningún premio político por su acción violenta. Hasta ahí el acuerdo entre las tres formaciones sería factible e incluso sencillo, pero Basagoiti es consciente de que también resultaría insuficiente para sus interlocutores. El PNV y el PSE consideran que, tras el cese de la violencia de ETA, el Gobierno debe dar pasos para acompañar la nueva situación, y en las tres premisas mencionadas no se presenta ningún elemento innovador.
Para paliar esta carencia, Basagoiti acordó ayer con Rajoy una serie de medidas que el Gobierno adoptaría «desde la discreción» y que el presidente del PP vasco cree que pueden concitar el respaldo de López y Urkullu y satisfacer su pretensión de que el Ejecutivo acompañe de forma activa el final de ETA. Basagoiti optó por no revelar estas medidas hasta trasladárselas en los próximos días a los líderes del PSE y el PNV, aunque dejó entrever que alguna podría estar relacionada con la política penitenciaria, el ámbito que más discrepancias ha despertado entre los tres partidos en los últimos meses. Eso sí, en declaraciones a este periódico, Basagoiti advirtió que el Gobierno «no se plantea hacer cosas raras» en el tema de los presos y «en ningún caso se saldrá de lo que dice la ley».
El resumen de la reunión de ayer en La Moncloa entre Rajoy y Basagoiti sería que el presidente «avala la postura del PP vasco de buscar complicidades con PNV y PSE y está dispuesto a dar pasos firmes para que el acuerdo sea posible». Pero Rajoy también tiene claro que en este tema lo más apropiado es «actuar con discreción» y «controlar los ritmos para que la agenda política no pivote sobre lo que quiere la izquierda abertzale».
Sobre la posibilidad de que esta sensibilidad política pueda sumarse a un hipotético consenso para la normalización política, Basagoiti lo descartó por el momento «porque son ellos los que no están todavía en ese punto. Aún deben dar pasos fehacientes contra la violencia, como pedir la disolución de ETA y reconocer el daño causado. Hasta que no lo hagan, la izquierda abertzale no podrá ser tratada como una formación democrática que defiende la libertad».
El encuentro de ayer, que cerraba la ronda de contactos de Rajoy con los líderes de los principales partidos representados en el Parlamento Vasco, permitió al presidente entregar oficialmente el testigo de la gestión del acuerdo para la normalización a Basagoiti, que a partir de ahora buscará el consenso desde Euskadi. La sintonía en los planteamientos de ambos dirigentes populares es absoluta, por lo que esta delegación de funciones permitirá a Rajoy apartarse del primer plano y poner el foco sobre el PP vasco. Desde que es presidente no se ha pronunciado públicamente sobre esta cuestión y ayer volvió a ser Basagoiti el único que compareció en la sala de prensa de La Moncloa, como ya ocurrió en los encuentros previos de Rajoy con López y Urkullu. Basagoiti apuntó que, «aunque el presidente no quiere hablar demasiado sobre este tema, está convencido de que las cosas van por el buen camino».
Respaldo del Congreso
La voluntad de Rajoy sería que el acuerdo cocinado entre los partidos vascos y plasmado en el documento que pretende Basagoiti obtuviera posteriormente el respaldo del Congreso de los Diputados para revestirlo de mayor solemnidad. El presidente está especialmente interesado en que un partido como CiU participe de ese consenso para el final de la violencia.
En su intervención ante los periodistas, Basagoiti aseguró que «estamos en un buen momento en el que al fin podemos conseguir el final de ETA y los tres partidos que representamos a la mayoría de la sociedad vasca debemos hacer un esfuerzo para buscar lo que nos une y olvidar los intereses electorales por un bien superior, que es acabar con la violencia».
Basagoiti reconoció que en los últimos meses el PP ha discrepado con PNV y PSE en el ámbito de la política penitenciaria y señaló que «no compartimos que estos dos partidos estén todo el día hablando de los presos y poniendo la presión en el Estado de derecho». Afirmó, no obstante, que «el Gobierno defiende la ley y ésta abre la puerta para la reinserción a aquellos presos que se arrepientan, ya sean de ETA, de la mafia o violadores, por lo que estamos a favor de facilitar la reinserción siempre que sea de forma individualizada».
DIARIO VASCO, 15/2/12