ABC 30/05/14
· El PNV apoya molesto una iniciativa de Bildu, que busca secundar la vía catalana unilateral
Urkullu, a dos bandas El PNV quiso restar valor a una iniciativa que elimina todo margen de acuerdo con el PP y el PSE
Bildu se anotó ayer un nuevo tanto en la larga partida por el liderazgo soberanista que mantiene con el PNV al arrastrar a estos a una votación parlamentaria incómoda no tanto por su contenido, pero sí por la forma.
En su deseo de secundar cuanto antes la vía soberanista catalana de órdagos y consultas ilegales que tan buen resultado le ofrece a ERC –y que visto el retroceso paulatino de CiU el PNV quiere precisamente evitar–, la coalición radical llevó al pleno del Parlamento vasco una resolución repetida de 1990 por la que la Cámara autonómica proclamó entonces que «el pueblo vasco tiene derecho a la autodeterminación».
La propuesta, calcada en lo esencial a la aprobada hace 24 años, salvo que ahora el sujeto es «Euskal Herria», no deja de ser un nuevo brindis al sol del Parlamento de mayoría soberanista.
Pero lo cierto es que con su reactivación ayer Bildu logró torpedear la supuesta táctica del PNV de huir de la unilateralidad que sigue Cataluña y le alejó de su comprometido respeto de la legalidad para pactar a medio plazo un nuevo «estatus político» para el País Vasco. PSE, PP y UPyD, arremetieron contra el lendakari, Iñigo Urkullu, que también dio su voto a favor del «derecho a la autodeterminación», y le recordaron que el paso dado es contrario a su promesa de respeto a la ley.
Además, le reprocharon que se deje arrastrar por Bildu boicoteando de esa forma la ponencia parlamentaria que el PNV impulsó para buscar un amplio pacto político que permita una reforma consensuada del actual estatuto de Guernica. «Hoy dan una patada al entendimiento y los puntos de encuentros. Hoy la ponencia se ve superada, ya que nos dicen que quieren la independencia», denunció el portavoz del PP, Borja Sémper.
Envidia de Cataluña
El peneuvista Joseba Egibar, exponente del PNV guipuzcoano más indepentendista, suscribió de entrada la iniciativa que asegura la «potestad» de los ciudadanos vascos y navarros «para decidir libre y democráticamente su estatus político, económico y cultural, bien dotándose de un marco político propio o compartiendo, en todo o parte, su soberanía con otros pueblos».
Incluso, en esa competición infinita entre independentistas, Egibar reclamó la «paternidad» de la resolución. «El texto es nuestro», dijo desde la tribuna, recordando que fue Eusko Alkartasuna y PNV (entonces socios), quienes impulsaron la propuesta en 1990, mientras que Batasuna (hoy socia con la marca Bildu) se opuso a su aprobación por considerarla del todo insuficiente para la «construcción nacional».
Pero mientras daba su voto, el PNV, consciente de la encrucijada, trató de restar trascendencia a una resolución muy criticada por los no nacionalistas, que dieron por imposible el acuerdo que ansía Urkullu si se parte del principio de soberanía plena para romper con España.
Los socialistas expresaron su «preocupación» por la actitud de un PNV que, según dijo su portavoz, José Antonio Pastor, solo busca «entretener» el debate secesionista en la ponencia para luego rescatarlo como revulsivo electoral frente a Bildu. Desde UPyD, Gorka Maneiro recordó que la votación de ayer carece de «efecto práctico» alguno y estimó que el voto favorable del lendakari por la autodeterminación «debería tener consecuencias políticas inminentes».
La coalición radical admitió públicamente que «mira con envidia» el proceso soberanista catalán y exigió a Urkullu audacia para secundar los pasos dados por Artur Mas hasta el momento. El rescate del «derecho a la autodeterminación» para su debate parlamentario no es casual, ya que el independentismo vasco busca engancharse de una vez a la espiral catalana.
Cadena humana
El próximo 8 de junio está en juego el éxito de una cadena humana entre Durango (Vizcaya) y Pamplona, convocada por la plataforma «Gure Esku Dago» («Está en nuestra mano»). La iniciativa, que capitalizará Bildu, se financió con 100.000 euros de la Diputación de Guipúzcoa, que el Estado recurrió esta semana.