El caso de Bego Pillafondos había llegado al gran día de la comparecencia, en inglés se dice ‘Fundraiser’, con una novedad no menos llamativa que las que iba proporcionando día a día la ejecutoria de la mujer del presidente. La penúltima era que al mes siguiente de haber desahuciado de la Moncloa a Mariano Rajoy, Begoña contó con una ayudante personal, llamada Cristina Álvarez Rodríguez. No es esta en sí misma una novedad que la distinga de otras mujeres de presidentes del Gobierno, que también las han tenido. La diferencia es que la de Begoña intervenía en los contratos que esta mantenía con empresas públicas para agilizar los pagos de la inscripción de una alta directiva de Correos, empresa pública presidida entonces por Juan Manuel Serrano, amigo de Sánchez, en el master de Transformación Social Competitiva que la hija de Sabiniano, devenida en catedrática sin haber llegado a licenciarse, dirigía en la Universidad Complutense.
Hubo más ayer mismo, el día en que el juez Peinado García la había citado para tomarle declaración en los juzgados de la Plaza Castilla. Tras ella, el juez había convocado al rector de la Complutense, Joaquín Goyache, para que diese razón de las andanzas de Begoña Gómez en relación con la Universidad. Y la presidenta del Gobierno, como la llaman Patxi López y la Sexta, alegó indefensión para no declarar ayer por no haber sido informada de la querella planteada contra ella por Hazte Oír, lo que llevó al juez de la doble identidad a atrasar la comparecencia dos semanas, hasta el 19 de julio. Goyache sí declaró y confesó haber sido citado por la mujer del presidente a través de su secretaria, con el fin de convocarle a una entrevista con la mujer del presidente en el palacio de la Moncloa con el fin de convencerle de la necesidad de crear su cátedra.
Total, que Begoña Gómez llegó al juzgado vestida de negro y con un despliegue de seguridad que aquello parecía el S.W.A.T., 40 policías y siete furgones. Es de suponer que el gasto se repetirá el día 19 y que mientras tanto el socialismo militante se empleará a modo en contra del juez Peinado, como hasta ayer hicieron Pilar Alegría, Félix Bolaños y Fernando Grande. Ya lo hicieron con Marino Barbero, aunque con Peinado han llegado a límites surrealistas.
El Plural, autor del bulo, descarga su responsabilidad en el Registro de la Propiedad que achaca a Juan Carlos Peinado García, la tenencia de un DNI que termina con la letra P y de otro con el mismo número de DNI pero terminado con la letra W. En todas las ocasiones aparece como copropietaria M.G.D.M., que es su mujer según el Registro. Pasmoso. dos presuntos jueces Peinado casados con la misma mujer en régimen de mènage à trois. Los sanchistas son de la estirpe de los censores españoles de ‘Mogambo’. Grace Kelly, que viajaba con su marido, tenía un lío con Clark Gable y la censura, para ocultar el adulterio, convirtió al matrimonio en hermanos. Taparon malamente el adulterio al precio de convertirlo en un incesto. Bueno, ya se sabe que quien hace un incesto hace ciento.