El Tribunal Constitucional ya ha dado la prueba de haber entrado en la era Conde Pumpido. Recordarán los oyentes muy atentos aquella memorable sesión del Congreso de los Diputados, en que la diputada Cayetana Alvarez de Toledo, portavoz entonces del PP en el Congreso, abrochó su interpelación al entonces vicepresidente Pablo Iglesias con: “usted es el hijo de un terrorista. A esa aristocracia pertenece usted, a la del crimen político”. Meritxell Batet conminó a Cayetana a retirar su expresión. Ella se negó, mostrando declaraciones en las que Iglesias se jactaba del pasado terrorista de su padre. Batet no atendió a razones y ordenó retirar las palabras del Diario de Sesiones.

La tropa judicial que acaudilla Conde Pumpido ha desestimado el recurso de amparo de Cayetana contra la decisión de la presidenta de la Cámara Baja: no es arbitrario, ni discriminatorio retirar del Diario de Sesiones del Congreso la expresión ‘ hijo de un terrorista’, por ser ‘indecoroso’ y ‘peyorativo’. Lo que es indecoroso y peyorativo, me parece, es militar en una organización terrorista. Es un baldón, aunque el mismísimo hijo del interesado lo exhibe cuando le conviene como timbre de gloria. Comentaba ayer Cayetana en Twitter que estamos ante “un insólito y eficaz blanqueamiento de los violentos del pasado y de los que puedan  venir. Lo que no puede nombrarse no existe”. En la sede de la soberanía nacional se ha proscrito la verdad, lo ha hecho la presidenta de la Cámara, que ha contado con el apoyo cómplice del Tribunal Constitucional y se ha erradicado la libertad de expresión.

El ponente de esta resolución ha sido el magistrado César Tolosa, miembro del Constitucional a propuesta del Consejo General del Poder Judicial (perteciente a esa subespecie que los sexadores de pollos han bautizado como ‘sector conservador. O sea, del PP) y tuvo el apoyo unánime de los magistrados de la Sala Segunda. Así está el tema.

Diana Morant se hacía eco de una noticia que afectaba a su antecesor en la alcaldía de Gandía: “Condenado el ex alcalde de Gandía a tres años y medio de prisión por una adjudicación irregular de medio millón”. Hoy se ha hecho justicia, añadió la la ministra.

Otro titular le aplicaba a la ministra su propia receta: “Diana Morant se gastó 125.000 euros en muebles, decoración y reformas en su vivienda gratis del Ministerio”.

El marido de Mónica García volvió a cobrar en el mes de marzo el Bono Social Térmico al que ella aseguró que estaba estudiando la manera de renunciar, más del doble que el año pasado, 413,65 euros frente a 195,82 que cobraba el año pasado.

Sánchez madrugó a Podemos la propuesta que va a llevar hoy al Consejo de Ministros. Pero no hay novedad en ello. Ni verdad, claro. De las 50.000 viviendas prometidas solo habrá 9.000 disponibles. 14.000 están okupadas, otras 15.000 son todavía un puro solar y entre las disponibles hay que descontar las que están en descampados, fuera de los lugares en que presiona la demanda. El que fue su ministro José Luis Abalos ya había prometido viviendas públicas a precio asequible en marzo de 2021. Y no eran 50.000 como prometió ayer en Valencia Pedro Sánchez, sino 100.000. De ellas, 44.000 eran del parque público y las otras 56.000 serían de la colaboración público-privada.

Yolanda Díaz no paró de enseñar lo suyo en la entrevista con ese monstruo del oficio periodístico que es Jordi Évole. Daba cuenta de su condición republicana: “Es evidente que no soy monárquica. A mí me gustaría un país en el que pudiésemos elegir democráticamente al Jefe del Estado. Por ejemplo, pienso en Iñaki Gabilondo”. “Virgen santísima”, se lamentaba Madrileo en mi blog. “Y luego Évole. Tal vez después Quique Peinado. Jorge Javier también encajaría para presidir la III República de Yoli y los suyos”.

Quien tuvo retuvo. Txepe Lara Fernández de Muniain, un antiguo polimili que lo dejó junto a su banda en aquella rueda de prensa de 1982 que encabezaron Joseba Aulestia, Lourdes Alkorta, Fernando López Castillo y Juan Miguel Goiburu Mendizabal, se volvió a meter en líos. Simpatizante de Podemos, entró en una pelea de dos magrebíes con agentes de la Policía Municipal por un asunto de drogas, le quitó la porra a uno de ellos y le amenazó con “metérsela por el culo”. En las últimas décadas se había dedicado a la producción cinematográfica, trabajándose la subvención.