- Hoy, doce años después, la historia se repite, aunque con alguna variación. Cambia el escaso interés que despierta ya en los medios de comunicación la denuncia del oprobio y se mantendrá, como en 2013, el calificativo de provocador, aguafiestas, y enemigo de la reconciliación a quien se atreva a denunciarlo
Las fiestas de Bilbao se celebran la tercera semana del mes de agosto y comienzan con la lectura de un pregón y el lanzamiento de un cohete o txupin. Pregonero y txupinera –siempre es mujer- se convierten después en protagonistas de distintos actos festivos. El ayuntamiento de Bilbao delega la elección de esta persona en las distintas comparsas de la capital. Este año la txupinera de las fiestas pertenece a la comparsa «Txori barrote», caracterizada desde su fundación por haber hecho suyas las reivindicaciones del colectivo de presos de la banda terrorista ETA.
La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordoñez, ha enviado una carta al alcalde de Bilbao -militante del PNV- advirtiéndole que, dada la trayectoria de la citada comparsa, esta designación resulta ofensiva para las víctimas del terrorismo. El alcalde en su respuesta ha preferido escurrir el bulto afirmando que no es decisión municipal pero que estarán vigilantes. Obviamente enfrentarse a la comparsa le resultaría mucho más impopular que desairar a las víctimas del terrorismo. Pregunta retórica ¿Habría respondido de igual modo si la txupinera perteneciera a una comparsa, por ejemplo, de tinte xenófobo?.
La reiteración de esta actuación ofensiva para con las víctimas del terrorismo, me ha hecho recordar otro episodio similar en el que tuve ocasión de participar y que demuestra que, en esta materia, nada ha cambiado en la sociedad vasca. Fue el mes de agosto del año 2013 y la comparsa Txori Barrote fue también en aquella ocasión la encargada de lanzar el cohete, eligió para ello a Jone Artola, candidata de las formaciones ilegalizadas ANV y Euskal Herritarrok, portavoz habitual de Etxerat –sucesora de la ilegalizada Gestoras Pro Amnistía- y hermana de un preso de la banda terrorista ETA. Me encontraba entonces al frente de la Delegación del Gobierno en el País Vasco y dado el historial de la comparsa y la trayectoria de la txupinera, me pareció palmaria la vulneración de la ley 4/2008 de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo. Ley que, en su artículo cuatro, encomienda a los poderes públicos «prevenir y evitar la realización de actos en público que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares».
El alcalde de Bilbao entonces -también del PNV- se llamó a andanas ante nuestra denuncia –igual que ahora- así que ordené recurrir el nombramiento ante los Tribunales de Justicia. La decisión fue criticada de manera despiadada por los de siempre, tuve incluso la triste sensación de que mi propio partido hubiera preferido dejarlo estar. Por suerte el recurso fue atendido y Artola no lanzó el cohete. Primero se suspendió el nombramiento y días después, a pesar de las alegaciones presentadas contra la resolución por el ayuntamiento de Bilbao, anulado. Fue quizá una victoria pírrica pues años después la anulación fue revocada. Por cierto, la hermana de otro preso de ETA, condenado por el asesinato del Comandante del Ejército Luciano Cortizo en 1995, también fue elegida en 2009 para lanzar el cohete festivo. Van camino de convertirlo en tradición.
Hoy, doce años después, la historia se repite, aunque con alguna variación. Cambia el escaso interés que despierta ya en los medios de comunicación la denuncia del oprobio y se mantendrá, como en 2013, el calificativo de provocador, aguafiestas, y enemigo de la reconciliación a quien se atreva a denunciarlo. Concluyo felicitando al Colectivo de Víctimas del Terrorismo por su incansable labor en defensa de la Memoria, la Verdad, la Dignidad y la Justicia para las víctimas del terrorismo a pesar de las dificultades habituales y la indiferencia general. Gracias por no desfallecer.
- Carlos de Urquijo fue delegado del Gobierno en el País Vasco