Opinión, EL MUNDO, 29/6/11
JOSÉ LUIS BILBAO inicia su tercer mandato con un propósito de la enmienda: tender la mano al Gobierno vasco y buscar sus colaboración para encarar la crisis y encontrar una solución al fuerte gasto público en servicios sociales que atenaza los presupuestos forales. Su discurso de investidura estuvo exento del tono de suficiencia y un tanto faltón que ha caracterizado en estos dos últimos años sus relaciones con el ejecutivo de López. Ni siquiera mencionó, por ejemplo, su polémico proyecto de un Guggenheim 2 para Urdaibai, al que Lehendakaritza se ha opuesto de forma frontal. Su propuesta de gran acuerdo para garantizar las prestaciones puede nacer tanto de la necesidad como de la conveniencia política, una vez que el 22-M ha reorientado el mapa vasco y ya no es el PSE sino Bildu, la segunda fuerza en Bizkaia, el principal adversario del PNV. Sobre la coalición independentista, Bilbao fue más claro que Urkullu al subrayar que su legalización es fruto de los acuerdos entre el PNV y Zapatero. Al final todo se sabrá.
Opinión, EL MUNDO, 29/6/11