EL PAÍS, 13/10/12
Los representantes institucionales de Bildu aprovecharon ayer la celebración de la fiesta de la Hispanidad para hacer una exhibición de su antiespañolismo y reivindicar sus aspiraciones independentistas. Diputados forales y concejales acudieron a trabajar como otro día cualquiera a sus puestos en la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián, donde gobierna la coalición soberanista, aunque se encontraron con que la mayoría de los funcionarios habían decidido cumplir con el festivo. Como había que dejar constancia pública de su actividad laboral, el director de la Hacienda guipuzcoana, Xabier Olano, convocó a los periodistas para informar de un tema menor: el censo de defraudadores que se pretende crear en esta provincia ya tiene el visto bueno de los juristas de la casa.
La Diputación de Gipuzkoa, presidida por Martin Garitano, anunció la víspera su decisión de atender ayer “con normalidad a la ciudadanía”, como “en cualquier día laboral”, porque el Día de la Hispanidad “es una fiesta impuesta que representa la falta de reconocimiento de Euskal Herria y la negación de los derechos de sus ciudadanos”. Bildu considera este festivo, como el Día de la Constitución (6 de diciembre) o el del Estatuto vasco (25 de octubre), celebraciones inspiradas en el “colonialismo español”.
La reacción del delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, no se hizo esperar. Envió un escrito a la Abogacía del Estado en Vitoria ordenando que interponga un recurso contencioso-administrativo contra la decisión de la Diputación de Gipuzkoa de trabajar como un día laboral. Cuestionado por ello, Olano, candidato de EH Bildu en las elecciones vascas, afirmó con “perplejidad” que resulta “curioso que alguien prohíba trabajar”. “Yo llevo muchos años trabajando este día y nunca me ha pasado nada”, quiso apostillar.
La pretendida normalidad que quiso mostrar Bildu en las instituciones que controla contrastaba con el cierre de comercios y establecimientos en la capital guipuzcoana.
En el consistorio donostiarra, el alcalde, Juan Karlos Izagirre, reunió a sus ediles en la Junta de Gobierno local para sancionar varios proyectos a favor de la memoria histórica. En la rueda de prensa posterior, además de jactarse de liderar una “buena gestión” municipal, aseguró que el 12 de octubre es “un día normal”. Y aprovechó para reclamar que “Euskal Herria tenga derecho a organizar sus propias fiestas”.
En el curso de la campaña electoral, Laura Mintegi, candidata alehendakari por EH Bildu, se trasladó a Eibar, la primera ciudad española en proclamar la II República en 1931. No fue casual la elección para lanzar un discurso separatista: “No vamos a destinar ni un solo euro a los Borbones, a la Guardia Civil o al Ejército español”. Las juventudes del PNV se sumaron a este coro al difundir en Internet un vídeo que caricaturiza la fiesta nacional.
EL PAÍS, 13/10/12