ABC, 1/8/2011
La denominada «izquierda abertzale» tiene ya decidido presentarse a las próximas generales, aunque baraja varias fórmulas —Bildu, Sortu o una coalición con Aralar ¿y PNV?—. Además, se muestra satisfecha con el adelanto de las urnas, consciente de que su tirón electoral sigue intacto.
La antigua Batasuna y EA se plantearon concurrir a los comicios generales muy poco después de asimilar los espectaculares resultados conseguidos el 22-M, como adelantó ABC el pasado 20 de junio. «Bildu entrará en el Congreso antes de que Bono se vaya», confió un portavoz a este diario recordando el veto del presidente de la Cámara Baja a dejarles entrar en el Parlamento para pedir su legalización. Tras un breve debate interno al respecto, la «izquierda abertzale» ve en el Parlamento español la plataforma idónea para impulsar lo que denomina el «proceso democrático», esto es, la negociación política entre ETA y el Gobierno. Batasuna nunca ha reconocido la legitimidad de las Cortes Generales, pero cuando se le ha presentado la ocasión, ha utilizado el Congreso y el Senado como altavoz de su propaganda. Ha concurrido siempre que legalmente ha podido, salvo en 2000, cuando Euskal Herritarrok propugnó la abstención.
«Propuesta de Vergara II»
Fuentes conocedoras de la situación subrayan que de cara al 20-N la «izquierda abertzale intentará sacar adelante una “edición mejorada” de la «propuesta de Vergara» que presentó el 16 de diciembre de 2003, a través de la cual emplazaba al resto de fuerzas nacionalistas e independentistas a integrar una única candidatura para las generales de 2004. Con ETA en plena actividad, la oferta fracasó porque PNV y Eusko Alkartasuna se negaron a secundarla. Ahora, las circunstancias difieren porque EA ya está absorbida, y, además, formaciones como Aralar se plantean ya sumarse al «polo soberanista» de una Bildu hegemónica tras el 22-M. La pretensión de la «propuesta de Vergara» es que los diputados y senadores en Madrid constituyan un equipo de interlocución que represente al pueblo vasco y, bajo la tutela de ETA, en una negociación con el Ejecutivo.
Batasuna obtuvo su techo electoral en 1986, con cinco diputados y un senador. Una representación que ahora podrían mejorar sensiblemente si a esa referencia se suma el «efecto Bildu». Con los datos del 22-M en la mano (317.000 votos), sacarían 6 escaños en el Congreso, los mismos que tiene ahora el PNV, asegurándose un grupo propio parlamentario. A partir de aquí, la «izquierda abertzale» se va a centrar en invitar al PNV en aras a la estrategia de «acumular fuerzas independentistas» en Madrid. Algo que a día de hoy se antoja improbable conocido en Sabin Etxea que el objetivo de ETA-Batasuna siempre ha sido «aniquilar» al PNV.
En este contexto, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, anunció que en la próxima legislatura trabajará para lograr «un nuevo estatus político para Euskadi». El PNV recuperará así el viejo plan soberanista de Ibarretxe con el que intentará minimizar el «mordisco» de Bildu a su electorado.