EL CORREO, 11/8/11
El lehendakari acusa a la coalición de «arrogancia» con las víctimas porque «se les han subido a la cabeza los votos»
«No vamos a caer en la trampa». La frase, del portavoz de Bildu en el Parlamento navarro, Maiorga Ramírez, resume a la perfección la respuesta que la coalición soberanista ha decidido dar a los reproches, cada vez más sonoros y unánimes, que está recibiendo por su fría actitud con las víctimas del terrorismo de ETA, a quienes, según llegó a decir el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, no ha llegado aún el momento de reconocer. Algunos de los principales dirigentes de la alianza abertzale prefirieron ayer eludir las críticas, convencidos de que la polvareda veraniega que ha levantado lo que el resto de partidos ve como una manifiesta falta de empatía responde únicamente a «intereses electorales» y a la intención de «utilizar el dolor» de los damnificados por ETA con fines partidistas.
El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, dio, de hecho, la vuelta a la tortilla y negó que, como dice Rubalcaba, haya habido un «retroceso» en el compromiso de Bildu contra la violencia etarra desde que ha accedido al poder institucional. Más bien consideró que es la cercanía de las elecciones generales la que propicia esas apreciaciones del candidato del PSOE y de otros líderes políticos como Iñigo Urkullu. Es más, Izagirre hizo suyo el argumento al que la izquierda abertzale recurre en los últimos tiempos para soslayar las críticas. Que, a trazo grueso, afirma que ellos dan pasos y los demás no.
El regidor donostiarra -que invitó ayer mismo a la recepción que celebró por la tarde en el Ayuntamiento tanto a las víctimas de ETA como a una variada representación de asociaciones englobadas en el capítulo de ‘derechos humanos’, entre ellas la de familiares de presos, Etxerat- reivindicó los «gestos» que, según él, hace Bildu «todos los días» para fomentar la convivencia frente a quienes, como el PSE, les acusan de mostrarse cercanos a los presos y distantes con las víctimas. «De gestos andamos sobrados y algunos nos lo devuelven con una bofetada, pero seguiremos haciéndolos», subrayó. En la misma línea, Izagirre insistió en reivindicar la aportación de la izquierda abertzale al nuevo escenario político, que no ve correspondida. «Nuestra referencia es el Acuerdo de Gernika, que contempla una primera fase sin violencia. Una de las partes lo cumple, mientras que todavía falta acabar con las medidas represivas del Estado español y con situaciones irregulares como las ilegalizaciones», denunció, en declaraciones a Catalunya Radio.
De hecho, las manifestaciones públicas de los miembros de Bildu no hacen augurar en un futuro próximo un gesto definitivo para reconocer el dolor causado por ETA o de cercanía expresa y única con las víctimas de la banda. Mientras Ramírez insistía en que el «compromiso» de la coalición con la reparación del colectivo de damnificados es ya «clara y nítida» tal como se recoge en el Acuerdo de Gernika, Izagirre avanzaba cuál es su esbozo del homenaje «ideal» que, a su juicio, debería celebrarse en Euskadi, uno que honre a las víctimas «de todos los colores». El alcalde donostiarra recalcó que le gustaría poder participar en un acto de ese tipo -que las víctimas de ETA deploran al considerar que las equipara con los terroristas- y avanzar así hacia una sociedad «reconciliada». Un camino que, a su juicio, aún falta por recorrer cuando, denunció, hay quien le «niega el saludo» por pertenecer a Bildu, en referencia a lo sucedido con Antonio Basagoiti en las fiestas de Vitoria. En la recepción a representantes del deporte, la cooperación, el medio ambiente y los derechos humanos, a la que las víctimas no asistieron al no haber condenado Bildu los asesinatos de sus familiares, Izagirre apostó por «cerrar heridas de verdad y no en falso».
Escarnio ajeno
Pero las razones de la izquierda abertzale no acaban de convencer al resto de formaciones, que ven más necesario que nunca mantener elevado el listón de la exigencia y lamentan, como hizo el portavoz del PSE José Antonio Pastor, que EA y Alternatiba obvien su trayectoria y «disculpen» a la izquierda abertzale. Ayer, el propio lehendakari Patxi López publicó unas «reflexiones de verano» en su blog, que, además de la situación en Londres o la economía, incidieron en la «decepción» que para el jefe del Ejecutivo de Vitoria ha supuesto la actitud «arrogante» de Bildu con las víctimas. «A la izquierda abertzale se le han subido los votos a la cabeza y está adoptando una posición arrogante frente a las víctimas de ETA. Parece que no han sabido entender que las instituciones democráticas les han brindado una oportunidad para integrarse en la democracia y no para tener poder para el escarnio ajeno».
Con ese duro calificativo resumió López la lejanía de Bildu con las víctimas, una laguna que, a su juicio, debe subsanar la izquierda abertzale si quiere ser considerada «demócrata entre demócratas» porque asumir el «dolor generado» es el «primer requisito» para abrir el camino de «la tolerancia y la aceptación de los valores democráticos». El lehendakari hizo dos exigencias a ese mundo: que reconozca a las víctimas de ETA, y que pida «ya la desaparición de la banda «sin ambigüedades, sin subterfugios y sin dilación». «Yo se lo recordaré todos los días», remachó.
EL CORREO, 11/8/11