Ni «independientes» ni «gestores técnicos». El recién investido diputado general de Guipúzcoa por Bildu, Martín Garitano, está decidido a entregar la llave de la Hacienda Foral a un viejo dirigente de la Batasuna «auténtica», que de esta forma pasara a tener el control directo de la «caja» de la Diputación para disponer de los 839,9 millones de su presupuesto anual.
Asimismo, tendrá acceso libre a la información fiscal de 707.000 guipuzcoanos. Según confirmaron a este diario fuentes conocedoras del proceso de conformación del nuevo Ejecutivo Foral, el candidato mejor posicionado para asumir esta alta responsabilidad es Xabier Olano, exponente de la vieja guardia batasuna. Olano fue portavoz de HB y Euskal Herritarrok en las Juntas Generales de Guipúzcoa a finales de los noventa. Precisamente, ejerció su máximo protagonismo cuando en 1999, en plena tregua de Estella, EH consiguió su mejor resultado en unos comicios, que ahora Bildu ha rebasado accediendo incluso al Ejecutivo de la principal institución de la provincia. Referente de la línea «ortodoxa» del radicalismo «abertzale», Olano defiende una economía al servicio del proyecto soberanista que, entre otros, pasa por eliminar los aportes al Cupo destindas al Ejército, Casa Real y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Garitano, quien en su investidura dejó claro que gobernará para lograr la independencia de «Euskal Herria», pretende rodearse de un equipo «asesor» plagado de lugartenientes de Batasuna. Ello pese a que en los últimos días se ha esforzado por «vender» confianza entre el empresariado vasco. «Estén tranquilos, no vamos a paralizar Guipúzcoa», reiteró el jueves. En el núcleo de máxima confianza del diputado general estarán actuales funcionarios de conocida sensibilidad «abertzale», que pasarán a ocupar altos cargos dentro del organigrama foral. En concreto, además de su sillón, Garitano reservará cinco asientos a los «independientes» de Bildu. EA, con dos carteras, y Alternatiba, con una, quedarían como meras comparsas de Batasuna.
A falta de que Garitano –quien ayer reconoció que tiene perfilado «el 90 por ciento» del equipo- oficialice su alineación, otra de las incógnitas por resolver será si Aralar accede finalmente a formar parte del Ejecutivo foral. Con su apoyo, la coalición independentista tendrá 23 de los 51 escaños en el legislativo guipuzcoano, pese a todo insuficientes para sacar adelante sus proyectos más «rupturistas» si es que el PNV de Egibar se suma a PSE y PP para evitarlo.
ABC, 25/6/2011