Algo más de 703.000 ciudadanos vascos, el 32% de la población de la comunidad autónoma, con las cifras de 2010, tienen desde ayer un alcalde de Bildu, la coalición que suma a EA, Alternatiba (la escisión de EB) e independientes de la izquierda abertzale.
Nunca en la historia de la democracia española la izquierda radical, apoyada hoy abiertamente por la ilegalizada Batasuna, había amasado tanto poder, que todavía puede aumentar más si como todo parece indicar logra hacerse con la Diputación guipuzcoana. La coalición soberanista gobernará los próximos cuatro años en 101 de los 251 consistorios de Euskadi (más otros 17 navarros).
El símbolo de ese poder llegó poco antes de las diez de la mañana, cuando Juan Carlos Izagirre, un médico de 48 años que hace dos meses no tenía la menor relevancia pública, recogía de manos de Odón Elorza la makila (bastón de mando) de alcalde de San Sebastián -185.000 vecinos, 390 millones de presupuesto para este año-. A Izagirre le bastó ser el cabeza de la lista más votada -con ocho ediles-, pero socialistas y populares quisieron dejarle en evidencia tanto a él como al PNV, que rechazó un acuerdo a tres bandas que hubiese cerrado el paso a Bildu, y se aliaron en la primera votación en apoyo del socialista Ernesto Gasco, que se quedó a un voto de la mayoría absoluta y la alcaldía.
Izagirre, quien tomó posesión del cargo, como sus siete compañeros, prometiendo lealtad al Rey y a la Constitución «por imperativo legal», reclamó en su discurso el cese de «todas las expresiones de violencia». Pero no hizo mención a ETA. Fuera del consistorio, unas cien personas pedían a gritos la independencia y la libertad de los presos etarras.
La coalición asienta su poder en Guipúzcoa, donde gobernará 59 de sus 88 consistorios, entre ellos, junto a la capital, algunos de los más importantes, como Rentería, Mondragón o Zarautz. Y gracias a los votos del PNV ayer se hizo con Lasarte, donde siempre habían gobernado los socialistas. Mientras, la coalición dio al PNV su apoyo para arrebatar Trapagarán (Vizcaya) al PSE.
Esta actitud del PNV ha enfurecido a los socialistas y deteriorado todavía más sus ya tensas relaciones mutuas: «El PNV ha engañado a los vascos al pactar con Bildu», declaró el consejero del Interior y coordinador del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, a EL PAÍS, informa Unai Morán. Ares recordó que Lasarte fue el escenario donde ETA asesinó en 2001 al edil Froilán Elespe. Este pacto «vergonzoso e irresponsable» entre ambas formaciones nacionalistas, según el también socialista José Antonio Pastor, sirvió al PSE para reafirmarse en su intención de no votar al candidato del PNV al sillón foral guipuzcoano, aunque ello deje vía libre a Bildu.
El PSE convirtió su enfado en crítica política, pero simpatizantes abertzales reaccionaron con insultos y acoso a la decepción de quedarse sin Elorrio. El apoyo del único edil del PP, Carlos García, a la candidata peneuvista dejó a la coalición sin el mando en esta localidad vizcaína, gobernada en el pasado mandato por la ilegalizada ANV. García tuvo que ser escoltado hasta su coche entre insultos, que recibieron también los concejales del PNV. Los corporativos del PP en Basauri (Vizcaya) también recibieron insultos y amenazas.
El PNV regirá 95 consistorios vascos, entre ellos Bilbao; el PP, siete, incluyendo Vitoria; el PSE, ocho; Aralar, tres y los independientes, 36.
EL PAÍS, 12/6/2011