Un mes después de que más de 20.000 navarros reivindicaran en las calles su bandera como símbolo de la Comunidad Foral de Navarra, el alcalde de EH Bildu de Pamplona, Joseba Asirón, ordenó ayer a dos operarios municipales que colocaran la bandera oficial del País Vasco en la balconada del Ayuntamiento desde donde se lanza el chupinazo que da inicio a las fiestas de San Fermín.
Por segunda vez durante su mandato, el alcalde de EH Bildu obvió lo establecido por la Constitución, la Ley de Símbolos Oficiales española y hasta dictámenes del Consejo de Navarra y de la Asociación de Concejos y Municipios para colocar la ikurriña. Se escudó para ello en la derogación de la Ley de Símbolos de la Comunidad Foral.
«La ikurriña tiene que ver con mucha gente de Pamplona, conmigo en primera persona, y mucha gente durante tantos años la ha defendido», explicó sonriente y satisfecho el primer edil de Pamplona instantes antes de que se lanzara el cohete con el que arrancaron nueve días de jolgorio continuo en la calle.
Asirón había evitado durante las últimas semanas confirmar su decisión ya tomada de volver a colocar, como hizo en 2015, la bandera del País Vasco en el balcón del Consistorio de Pamplona cuando cientos de cámaras y millones de personas esperan el lanzamiento del chupinazo. Pero el mástil vacío desde primera hora y la decisión de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos y Ezquerra-Izquierda de rechazar el pasado martes una declaración impulsada por UPN para defender los símbolos propios de la Comunidad Foral y rechazar la bandera de Euskadi dejaban clara la decisión adoptada por el alcalde pamplonica.
Tan previsible que en cuanto los dos operarios municipales amarraron –con ciertas dificultades– la bandera vasca al mástil, tanto la Delegación del Gobierno como UPN presentaron sendos recursos judiciales. Ello activará un proceloso trámite en el que se volverá a recordar que en 2015 la Justicia ya rechazó la utilización como bandera de la ikurriña por el Ayuntamiento de Pamplona.
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra con la que la parlamentaria del PP Ana Beltrán adelantó la posibilidad de presentar una demanda por prevaricación del alcalde. «Sabe de sobra que colocar la ikurriña no es legal en Navarra y una vez más ha dejado claro su intención de politizar las fiestas, al seguir compartiendo la reivindicación histórica de ETA de anexionar Navarra al País Vasco», denunció Beltrán, dentro de la catarata de críticas vertidas contra Asirón cuando aún casi 15.000 pamplonicas y visitantes se agolpaban frente al Ayuntamiento y las calles colindantes.
Un reducido espacio en el que ayer se desplegó un novedoso dispositivo de seguridad por parte de la Policía Local que fue escrupuloso en la revisión de mochilas y bolsos, pero que no impidió que durante el chupinazo se exhibiera una enorme pancarta reivindicando el reagrupamiento de los presos de ETA, otra a favor de los jóvenes de Alsasua imputados por la Audiencia Nacional por un delito de terrorismo al golpear a dos guardias civiles y sus parejas, una enorme estelada y una ikurriña.
Mientras Asirón –profesor de una ikastola en excedencia– acompañaba a dos representantes de la DYA [una ONG de asistencia sanitaria], la Delegación del Gobierno y UPN registraban sendos recursos contenciosos-administrativos y criticaban la «politización» de las fiestas por parte de los partidos del cuatripartito que gobiernan tanto en el Ayuntamiento de Pamplona como en la Comunidad Foral de Navarra.
La delegada, Carmen Alba, lamentó la estrategia de EH Bildu y sus socios en Pamplona por «imponer la ikurriña a la ciudadanía navarra» e ironizó con la presunta legalidad de la decisión adoptada por el alcalde al advertir de que «si Asirón lo tiene tan claro, ¿por qué no coloca todos los días la ikurriña en el balcón Consistorial?».
Y es que tanto desde la Delegación del Gobierno como desde los partidos de la oposición se mantiene que la derogación de la Ley de Símbolos de Navarra no habilita a los ayuntamientos controlados por EH Bildu para colocar la ikurriña cuando les venga en gana.
Los cuatro partidos aliados en Navarra consiguieron el pasado marzo anular la ley foral aprobada en 2003, pero sus diferencias internas les impidieron acordar un texto alternativo, provocando un vacío normativo que tendrán que analizar los tribunales en los próximos meses.
Para UPN –partido que con nueve concejales fue el más votado en Pamplona en las elecciones de 2015–, todo forma parte de un nuevo ardid de Asirón para colocar la ikurriña en los 15 minutos que dura el lanzamiento del chupinazo y la invitación protocolaria en castellano y euskera para el disfrute de estas multitudinarias fiestas. «Asirón es un hombre que dice que Pamplona es una ciudad en la que todo no vale, que es una ciudad seria, y luego coloca la ikurriña ilegalmente», denunció Enrique Maya. Siendo alcalde en 2013, Maya ordenó retrasar el inicio de las fiestas de San Fermín durante 20 minutos hasta que agentes de la Policía Local lograron retirar una enorme ikurriña colgada por simpatizantes de la izquierda abertzale delante de la fachada del Consistorio pamplonica.
Al malestar contra el alcalde de EH Bildu también se sumó el Partido Socialista de Navarra, que recordó los precedentes judiciales contra la exhibición de la bandera del País Vasco junto a las enseñas oficiales de la Comunidad Foral. «Parece que a Asirón no le bastan dos sentencias en contra que le han dicho que ha cometido fraude de ley», manifestó la portavoz socialista en Pamplona, Maite Esporrín.
El alcalde pamplonica sólo evitó colocar la ikurriña durante el chupinazo de 2016 porque en ese momento el Tribunal Superior de Justicia de Navarra aún no había dictado una sentencia definitiva.