EL PAÍS, 4/8/2011
Bildu no esconde que usará toda la presencia institucional obtenida el 22-M para arrastrar hacia sus postulados la «normalización» política en Euskadi, multiplicando los gestos de afecto hacia el entorno de ETA.
Los ediles de la coalición abertzale en el Ayuntamiento de Vitoria tendrán hoy como invitados destacados en el chupinazo que da inicio a las Fiestas de La Blanca, las primeras de las tres capitales vascas, a miembros de la asociación Senideak, de familiares de presos de la banda. Es habitual que acudan al festejo familiares de víctimas de ETA como Marimar Blanco, hermana de Miguel Ángel, exconcejal popular asesinado en 1997, por ejemplo.
También han invitado al diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, al alcalde donostiarra, Juan Karlos Izagirre, y a otros dirigentes de la coalición. El gesto llega dos días después de la polémica generada por el caluroso saludo que Garitano dio a los familiares de reclusos de ETA en la celebración del día de San Ignacio de Loyola, en Azpeitia (Gipuzkoa), donde pidió su acercamiento a Euskadi, la derogación de la doctrina Parot y la excarcelación de los presos enfermos.
El diputado general guipuzcoano, recibido el lunes con aplausos por un grupo de integrantes de del colectivo de presos de ETA Etxerat, aseguró que Euskadi vive «un tiempo nuevo» desde la llegada de Bildu, aunque «todavía existe mucho sufrimiento», en referencia a los familiares de los presos. «Por eso pedimos la inmediata derogación de la doctrina Parot , que es la cadena perpetua, el fin de la dispersión, la puesta en libertad de los presos que están enfermos y de aquellos que estén en condiciones de alcanzar la libertad condicional», dijo Garitano.
Ayer, el diputado general insistió en la misma idea. En una entrevista en Onda Vasca, al ser preguntado sobre su posición respecto de las víctimas de ETA, afirmó «Habrá un día en que todos tengamos que reflexionar sobre lo que ha pasado y el daño que se ha podido padecer y cometer, pero no estamos en ese tiempo. Todavía estamos saliendo de ese conflicto».
El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideró que las declaraciones de Garitano «hay que mirarlas con lupa, pero dentro de la ley». Respecto al acercamiento de reclusos, Rubalcaba ligó el final de su dispersión al final de la banda. «Mientras ETA subsista hay que mantener una política determinada de presos que forma parte de la política antiterrorista», dijo en Onda Cero.
La polémica volvió a saltar en Vitoria cuando Bildu anunció que los familiares de presos de Senideak -una asociación legal- serían también «protagonistas» de las fiestas de esa ciudad. Desde hace años el chupinazo y el pregón son realizados por ciudadanos y colectivos destacados -este año serán los periodistas locales-. El alcalde, Javier Maroto (PP), convocó una junta de portavoces de urgencia en la que la representante de Bildu Itziar Amestoy, dijo no entender por qué había tanto revuelo. La coalición cree que los familiares de presos «son miembros del espectro social» de Euskadi y que su presencia será «un signo de normalización».
Sin embargo, el portavoz del PSE y exregidor, Patxi Lazcoz, consideró la propuesta «inaceptable». El encuentro terminó con un texto pactado en el que todos los grupos se comprometían a «no hacer otro uso de la balconada que no sea el de la celebración festiva».
La oposición en San Sebastián también teme que Bildu pretenda politizar la Semana Grande, como hizo durante décadas la izquierda abertzale. Ayer mismo, el alcalde, Juan Karlos Izagirre (Bildu), que no confirmó si estará hoy en Vitoria, se reunió con su predecesor, el socialista Odón Elorza, que salió muy defraudado del encuentro.