Los entendidos en ETA resaltan su carácter oprobioso y asesino, pero insisten en que no mentía nunca. Bildu, como heredera natural de la banda, conserva algunos de aquellos genes, incluyendo el de la sinceridad de sus propósitos (siniestros). Cuando dicen «vamos a Madrid a tumbar el Estado» no mienten, cuando Otegi afirma que Sánchez preside el Gobierno más favorable a sus intereses, tampoco. Esto va en serio. Bildu ya ha fijado el precio del apoyo parlamentario al PSOE gobernante: liberar a todos los presos en la próxima legislatura. Cualquier persona sensata puede pensar que este objetivo es inviable, que nunca ocurrirá una aberración de tal calibre. Pero es lo mismo que creíamos al empezarse a especular con el indulto a los golpistas de Cataluña, o con los intentos de domesticar al Poder Judicial, o ahora que hacen convocatorias con listas de prensa afecta y desafecta, asimilándose a una catalogación totalitaria del franquismo crepuscular, mira tú qué curioso y paradójico.