EL CORREO – 27/04/15
· Presenta la ‘Vía vasca para la paz’, en la que aboga por que un grupo internacional supervise la destrucción de los arsenales de la banda.
· «Nos faltó la sensibilidad necesaria ante el dolor de aquellos que más sufrieron», señaló Arraiz.
Los presos de ETA deberán realizar un nuevo gesto en el que reconozcan el daño causado y renuncien a las vías violentas para que, a cambio, las instituciones pongan en marcha «un plan de ‘excarcelación condicional anticipada’». EH Bildu presentó ayer en San Sebastián la que denomina como ‘Vía vasca para la paz’, su guía para asentar en Euskadi la convivencia tras el cese definitivo de la violencia de ETA. El documento, de apenas once folios y que fue desgranado por Pello Urizar, líder de EA, y Axun Fernández de Garaialde, parlamentaria navarra, se divide en cuatro bloques –Víctimas y memoria; política penal y penitenciaria y retorno de las personas huidas; desarme; y desmilitarización– y supone un resumen de las propuestas que la izquierda abertzale ha venido formulando en los últimos años.
La novedad más significativa tiene que ver con el futuro de los presos de ETA. La coalición insiste en que una «convivencia normalizada» requiere que «no haya ningún ciudadano vasco privado de libertad», por lo que propone la puesta en marcha de una «justicia transicional», adaptando las leyes para favorecer la salida de prisión de los reclusos, además de trasladar a todos los presos del EPPK a los centros penitenciarios de Álava y Navarra y que las competencias penitenciarias dejen de estar en manos del Estado y pasen a ejercerlas los gobiernos vasco y de la comunidad foral.
Los responsables de EH Bildu entienden que los partidos e instituciones de ambos territorios deberán consensuar un «plan de ‘excarcelación condicional anticipada’» que favorezca el «proceso de reintegración» en la sociedad de los reclusos. Un procedimiento que, advierten, deberá llevarse a cabo por «cauces legales y con una aplicación individualizada». Ese programa para la salida «anticipada» de las cárceles requerirá que los internos de ETA deban mostrar de una forma nítida su renuncia «a las vías violentas» y realizar «un reconocimiento del daño causado como consecuencia de su actuación».
La izquierda abertzale plantea de esta manera una actuación de vasos comunicantes, de tal manera que a los presos les exige el esfuerzo de asumir que no habrá una amnistía y de entender que la excarcelación de todo el colectivo requerirá de muchos años, mientras que a las instituciones las conmina a diseñar un camino especial para estos reclusos que, de alguna manera, acorte su estancia en prisión. Como apuntó el líder de Sortu, Hasier Arraiz, en la intervención que apoyó la presentación del documento, el proceso de excarcelación no es «como le gustaría a EH Bildu que sucediese», pero sí es la fórmula más «factible en las actuales condiciones». «Es un ejercicio de realismo y de pragmatismo», advirtió antes de insistir en que ese camino «no va a estar exento de esfuerzos, ni de dificultades, pero es un camino posible para traer a los presos vascos, primero, a Euskal Herria, y, después, a casa».
El presidente de Sortu aprovechó su discurso para volver a reiterar la posición de los dirigentes de la izquierda abertzale sobre el daño causado, después de semanas en las que este asunto les ha enfrentado con el PNV y con el Gobierno vasco de Iñigo Urkullu. Arraiz, que eludió, como exigen los jeltzales, reconocer la equivocación que supuso la postura favorable a la violencia que mantuvo Batasuna durante décadas, sí ofreció su particular punto de vista sobre las víctimas del terrorismo, en línea con la declaración que realizaron en el Kursaal en febrero de 2012. «No hemos estado siempre, ni mucho menos, a la altura de quienes más han sufrido», subrayó, para, a continuación, insistir en que «nos faltó la sensibilidad necesaria ante el dolor de aquellos que más sufrieron las consecuencias de las diferentes violencias». «No supimos hacerlo bien», resumió, a la vez que reafirmó «su compromiso de reconocimiento, respeto y reparación hacia todas las víctimas de todas las violencias, hacia todas sin equiparaciones y hacia todas sin exclusiones».
«Cerrar heridas mutuas»
El documento hecho público ayer reserva uno de sus puntos a ‘víctimas y memoria’. Habla de poner en marcha una base de datos donde se recojan «todas las vulneraciones de derechos humanos» y una «comisión de la verdad» para «cerrar heridas mutuas» y «conocer todas las verdades». EH Bildu insiste, asimismo, en la necesidad de confeccionar un relato «diverso» de lo sucedido durante décadas de violencia.
La ‘Vía vasca para la paz’ plantea también el camino que, según la izquierda abertzale, se debe seguir para el desarme de ETA. La coalición independentista pide a la banda que acabe «a la mayor brevedad posible» con el «sellado y verificado» de sus arsenales. Sería el primer paso para, a continuación, crear «una comisión independiente de desarme» en la que tomen parte expertos que hayan participado en experiencias similares en otros países y «organizaciones facilitadoras internacionales».
El grupo de trabajo debería tener «la máxima cobertura» por parte de los gobiernos vasco y navarro y se encargaría de diseñar y llevar a cabo «en un tiempo prudencial un proceso controlado, ordenado y consensuado que culmine con la destrucción de los arsenales de ETA». El documento no alude, en ningún momento, a la implicación en este proceso de los ejecutivos de España y Francia. La izquierda abertzale es consciente de que ni Mariano Rajoy ni Francois Hollande están dispuestos a abrir vías de comunicación con la banda terrorista para facilitar la entrega de armas. De hecho, el mediador sudafricano Brian Currin acaba de asegurar en una entrevista a una revista latinoamericana que ETA no está dispuesta a entregar su armamento a ninguna de las dos administraciones.
EL CORREO – 27/04/15