EL CORREO, 6/7/11
«Este acto demuestra que el fanatismo y la intolerancia no han desaparecido de este país», lamenta su viuda, Maixabel Lasa
Cuatro. Este es el número de ataques que el monolito dedicado a Juan Mari Jáuregui ha sufrido desde que se erigió tras su asesinato a manos de ETA el 29 de julio de 2000. El último, hace apenas una semana, en plena apuesta de la izquierda abertzale por las vías pacíficas y cuando las palabras paz y normalización copan la escena política. «Esto demuestra que el fanatismo y la intolerancia no han desaparecido de este país», lamentó ayer su viuda, Maixabel Lasa, directora de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo. El acto vandálico suscitó la condena del Gobierno vasco, que emplazó a Bildu a dar un paso al frente y censurar lo ocurrido. La coalición emitió a media tarde un comunicado en el que mostró su «rechazo» a este episodio y defendió que «todas las víctimas merecen ser reconocidas y resarcidas».
No es la primera vez que Lasa se enfrenta a esta desagradable situación. Pero siempre se ha mantenido firme y no ha dudado en advertir a los autores de los destrozos de que tienen «la batalla perdida», puesto que «tantas veces rompan el monolito, las mismas se recompondrá», reiteró ayer. Coincidiendo con la fecha de su asesinato, amigos, familiares y compañeros del PSE realizan cada año una ofrenda floral en su memoria junto a la escultura. Si algo tiene claro la viuda de Jáuregui es que este tipo de acciones violentas lo único que hacen es echar por tierra las afirmaciones que apuntan hacia «un cambio de era» o a «que cosas como ésta pertenecen al pasado», manifestó, en un claro mensaje hacia la coalición que forman la izquierda abertzale tradicional, EA y Alternatiba. La directora de la Oficina de Atención a Víctimas del Gobierno vasco consideró, a través de un comunicado, que «no se pueden cerrar los ojos ante esta clase de actos» y emplazó «a la gente a no callarse» y expresar «lo que piensa». «Todos queremos mirar al futuro con optimismo», subrayó.
El monolito, una estela discoidal que llega grabada la frase ‘Los que te quisimos te recordaremos’ está ubicado en el monte Burnikurutzeta, donde fueron esparcidas las cenizas de Jáuregui. Este paraje se encuentra en la confluencia de los municipios de Legorreta y Tolosa, ambos gobernados por Bildu tras los comicios del 22 de mayo. En esta última localidad guipuzcoana fue donde ETA acabó con la vida del político socialista.
«Humillación»
El consejero de Interior no tardó en manifestar su «condena más enérgica» hacia un ataque que calificó de «fascista». Rodolfo Ares consideró que estas acciones evidencian la «cobardía e intolerancia» de quienes las cometen, al tiempo que emplazó a «todas las formaciones políticas, y en especial a Bildu, a condenar sin matices este tipo de actos que ofenden y humillan la memoria de las víctimas del terrorismo», expresó. Un llamamiento al que se sumaron a posteriori la portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, y el PSE de Gipuzkoa. El grupo socialista en las Juntas Generales de este territorio histórico registrará una moción para que la Cámara foral condene el sabotaje, propuesta que harán extensiva al Ayuntamiento de Tolosa. El ataque también fue objeto de duras críticas por parte del presidente del PP guipuzcoano, Borja Sémper, que lo tildó de «absurdo e infame», y el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro.
La Diputación de este territorio histórico, liderada por Bildu, emitió horas después -a media tarde- un comunicado en el que mostró su «rechazo a este hecho, al igual que a todo tipo de acción violenta, independientemente del origen de la misma». El Gobierno foral, en manos de Martín Garitano, se reafirmó en su «compromiso» por «trabajar en favor de la paz y la democracia, para que este tipo de actuaciones no vuelvan a suceder». «Así lo ha hecho la coalición desde su creación», matizaron. En la nota remitida a los medios de comunicación la Diputación afirma que «todas las víctimas merecen ser reconocidas y resarcidas». «En este camino, la reconciliación será un paso fundamental para superar todas y cada una de las consecuencias del conflicto y del uso de cualquier tipo de violencia», subrayaron. Los representantes de Bildu en la institución foral hicieron, por último, un llamamiento a «todos los agentes políticos, sindicales y sociales» de Gipuzkoa para que «juntos podamos superar la situación de enfrentamiento» y, de esta forma, «sean respetados los derechos de todas las ciudadanas y ciudadanos de Euskal Herria», concluye el comunicado.
EL CORREO, 6/7/11