Los cuatro concejales ejercerán una oposición «leal pero dura» y asumen que se quedarán solos «en muchas cosas»
El Ayuntamiento de Bilbao abrirá mañana sus puertas a la izquierda abertzale tras ocho años de ausencia. La presencia de Bildu, por tanto, marcará la diferencia, dentro del margen de maniobra que le otorgan sus cuatro concejales con mayoría absoluta del PNV. Ayer los cargos electos, liderados por el futuro portavoz, Txema Azkuenaga, esbozaron su planteamiento de oposición «leal pero también dura» y marcaron distancias no sólo con los jeltzales. Se presentaron como la alternativa al «tripartito de facto» que en su opinión conforman PNV, PP y PSE.
En el pleno de mañana votarán por su propia candidatura para evitar dar su respaldo a Azkuna, a quien identifican con «un modelo populista, de cemento, de sentirse cómodo con España y autoritario en cuanto a la participación ciudadana». A partir de ese día buscarán «la confrontación» con las ideas que defienden otros partidos, sin cerrar las puertas al diálogo. «Estamos abiertos a llegar a acuerdos en asuntos que consideramos claves, pero abogamos por una transformación profunda en lo político, social y económico», resumió Txema Azkuenaga.
Guiño a EB y Aralar
Acompañado de las concejalas electas Aitziber Ibaibarriaga, Helena Gartzia y Ana Etxarte, el cabeza de lista aseguró que trabajarán «desde la humildad de nuestros cuatro votos, pero con firmeza» para garantizar «todos los derechos, individuales y colectivos, para todas las personas». Desde «la vida, libertad, integridad física y autodeterminación» hasta cuestiones más ligadas a la vida local como «la atención a la dependencia, el empleo o la educación pública de calidad». Conscientes de que se quedarán «solos en muchas cosas» a la hora de votar, se mostraron «ilusionados con el ciclo nuevo que vive Euskal Herria» y abrieron la puerta a la colaboración con Aralar y Ezker Batua, que han quedado fuera del Ayuntamiento. «No dejaremos arrinconados los casi 9.000 votos soberanistas y de izquierdas que no han conseguido representación», apuntó Azkuenaga.
En su opinión, Bilbao vive un «déficit democrático» por falta de participación ciudadana. Su compromiso es impulsarla «no como la entiende el señor Azkuna, sino como participación directa». Seguirán el día a día de los asuntos municipales «mirando a Euskal Herria. Vamos a trabajar para que el Ayuntamiento de Bilbao sea un agente de primer orden en la normalización política de este pueblo, para que cuaje esta oportunidad histórica», concluyó el futuro portavoz.
EL CORREO, 10/6/11