EL MUNDO 02/10/13
Garitano recupera el discurso ‘abertzale’ más duro por las detenciones de Herrira
Diez minutos de incendiaria batalla política y hora y media de autocomplacencia por su gestión al frente de la Diputación. La intervención del diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano (Bildu), en el Pleno de política general de ayer en las Juntas Generales evidenció una vuelta de la izquierda abertzale a su segregador discurso del pasado, ése que tacha de enemigos del pueblo a PSE y PP y le exime a ellos de cualquier responsabilidad en toda la historia de violencia vivida en el País Vasco.
La excusa utilizada para esta vuelta a su histórico victimismo ha sido la operación policial contra el colectivo de apoyo a los presos de ETA Herrira. Al hilo de las detenciones, el diputado general lideró esta vuelta a los mensajes de los tiempos del Pacto de Lizarra con un duro y visceral discurso en el que apuntó a PP y PSE como enemigos, al acusarles de ser «responsables» del «sufrimiento» del País Vasco y de «intentar arruinar la paz» con el impulso a «su estrategia de Estado para que este país no avance» hacia la paz y la libertad.
«Usan palabras como democracia, paz, libertad e interés de la ciudadanía ¡Es mentira! Defienden la democracia de la Guardia Civil, quieren ahogar a este pueblo. Tienen miedo de que su España quede arruinada. Los vascos tienen derecho a decidir y, a falta de razón, reparten sufrimiento y dolor», aseveró Garitano.
En sus acusaciones, denunció que «no es justo ni legítimo» que PP y PSE hagan «sufrir tanto a la ciudadanía» e intenten «acabar con nuestras sonrisas» con una oferta que se basa en «operaciones policiales y en arruinar la oferta de paz de este pueblo».
Ante esta estrategia que busca tratar de «reventar y hacer saltar por los aires la convivencia» y la «situación de ilusión» que se ha generado en Euskadi, Garitano tendió la mano al PNV para dejar al margen las «diferencias y partidismos» y «responder como pueblo» a las «intolerables» operaciones policiales.
Pero los peneuvistas no tardaron en rechazar este ofrecimiento ya que, según censuró su portavoz en las Juntas Generales, Markel Olano, Bildu ha roto la «mínima confianza» para una colaboración con su permanente «confrontación», que incluye descalificaciones personales.
Antes de esta respuesta, Garitano, quien portaba en la solapa de la chaqueta un distintivo de apoyo a los presos de ETA, quiso dejar claro al Gobierno y a la Guardia Civil que, pese a las detenciones del lunes, «han perdido», ya que «han chocado contra el muro de la ciudadanía» vasca. «Los vamos a arrojar de este país. No los queremos, no los necesitamos, vamos a construir nuestro pueblo en paz y libertad», enfatizó.
A la vista de su incendiario discurso, PP y PSE coincidieron en su respuesta de que las relaciones con Bildu han quedado heridas de muerte. La más explícita fue la portavoz socialista, Rafaela Romero, quien advirtió a Garitano que si no rectificaba su intervención «miserable y cargada de odio», quedarían «rotos todos los puentes» con su partido. «No vamos a permitir que señale a los socialistas como enemigos del pueblo vasco. No le hemos tenido miedo a Franco, ni a ETA, ni tampoco a Garitano ni a las acusaciones que nos haga», denunció indignada.
Pero este aviso no tuvo ningún efecto en el diputado general, que en su turno de réplica se reafirmó en su «gravísima denuncia». Aseguró estar «muy cabreado» y «lleno de ira», si bien el tono fue más relajado que en su intervención matinal. El PSE no declaró rotas las relaciones con Bildu como tal, pero Romero sí alertó de que mientras no haya una rectificación «con los socialistas no avanzará mucho camino».
El PP, por su parte, afirmó que la «estrategia de la provocación» del diputado general supone un regreso «a los tiempos más oscuros de la Euskadi negra y de plomo» y dificulta cualquier entendimiento. Su portavoz, Juan Carlos Cano, fue explícito y afirmó que Bildu necesitará «algo más que tiritas» para restablecer las relaciones.
Por su parte, los 18 detenidos en la operación llevada a cabo en las sedes de Herrira comenzarán a partir de mañana a pasar a disposición del magistrado de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. A todos ellos se les imputan los delitos de integración en banda armada, enaltecimiento y financiación del terrorismo.