Un manto de incertidumbre envuelve a la Asociación de Municipios Vascos, Eudel, de la que forman parte 251 municipios.
La irrupción de Bildu en el panorama político, que le ha situado al frente de 101 Ayuntamientos vascos, trastoca la composición de este órgano, que mira con recelo el debate que se ha instalado dentro de la coalición abertzale: ¿Participar en Eudel o formar una asociación de «carácter nacional» similar a Udalbiltza? Los próximos meses -la asamblea constituyente se celebrará en septiembre- se antojan determinantes.
«Eudel como instrumento del municipalismo independiente está muerta. Si ya solo respondía a los intereses del nacionalismo, ahora solo servirá como bandera de determinados objetivos que son lo que todos intuimos». Esta afirmación, realizada a EL PAÍS por un miembro socialista de uno de los consejos territoriales de Eudel, muestra el laberinto ante el que se halla la asociación. «Si hasta ahora era un instrumento domesticado para el PNV, sin gran capacidad de iniciativa, ahora será menos autónomo y más vinculado a los intereses jeltzales y de Bildu», abunda la misma fuente.
A finales de septiembre, Eudel elegirá de nuevo a su comité ejecutivo, formado por 15 alcaldes, y los tres comités territoriales, integrado cada uno por nueve miembros. Los candidatos más votados serán elegidos presidente, vicepresidente primero o vicepresidente segundo. Desde 2007, el exalcalde de Tolosa, Jokin Bildarratz (PNV), ha estado al frente de la asociación. Sin embargo, Bildu se impuso en el 22-M en la localidad guipuzcoana, por lo que Bildarratz no podrá optar a la reelección.
En estos momentos, Bildu se encuentra en un proceso de reflexión interna acerca de la conveniencia de formar parte en Eudel. La coalición es, por el momento, más partidaria de impulsar una asociación de «construcción nacional», como lo fue en su momento Udalbiltza. «Habría que invertir esfuerzos en ir más allá de Eudel, que se queda en lo administrativo. Hay que avanzar desde una perspectiva nacionalista», explica un miembro de Bildu, que subraya que la asociación que desearía la coalición incluiría a los consistorios del País Vasco francés, como en su día hizo Udalbiltza, creada en 1999 y que fracasó por la negativa de la izquierda abertzale a condenar los atentados de ETA
Bildu es consciente de que, en caso de que decidiera integrarse en Eudel, tendría un peso enorme. «Nuestra reflexión no es inmediata, sino a largo plazo, viendo la utilidad real que tendría formar parte de Eudel y si eso puede ser contraproducente para la creación de Udalbiltza o algo similar», sostiene Bildu, que remarca que su recelo hacia Eudel se debe a que este órgano «se ha olvidado de muchas localidades que no eran de su color político».
Un miembro socialista del comité ejecutivo de Eudel afirma que la incertidumbre se ha afincado en el seno de la asociación. Por un lado, con Bildu perderían peso en Eudel. Sin embargo, si lacoalición formara un órgano municipal paralelo, Eudel se vería debilitada. «El día a día y los problemas del ciudadano no estarían atendidos», sostiene la misma fuente, que asevera que el debate en torno a Eudel comenzará ahora, dado que ya se han constituido los Ayuntamientos. «Junto al PNV y al PP hemos realizado una apuesta clara por Eudel. Otra cosa es que, si Bildu no quisiera entrar, Eudel tendría menos fuerza», apunta conciliador el miembro del comité ejecutivo.
Desde la llegada del Ejecutivo socialista, en 2009, los roces entre PNV y PSE con respecto a Eudel, que este año dispone de un presupuesto de 3,5 millones de euros, han sido constantes. De hecho, un miembro peneuvista de uno de los comités territoriales asevera en alusión a las citadas declaraciones del miembro del PSE que asegura que Eudel «está muerta»: «No me gustaría que la irrupción de Bildu fuese aprovechada por algunos para finiquitar Eudel, cuando ya antes no tenían ganas de que existiera».
Igualmente, este alcalde jeltzale advierte de las nefastas consecuencias que se derivarían de que 44 municipios guipuzcoanos, entre ellos la capital, San Sebastián, no estuviesen representados en Eudel. «Si Bildu, como dice, ha interiorizado que tiene que participar en las instituciones, concluirá que uno de los pasos que debe dar es formar parte de Eudel», explica el PNV.
El PP, de su lado, defiende su posición en Eudel, independientemente de quiénes sean los integrantes. «Vamos a hacer valer nuestra voz y, cuando haya posicionamientos que busquen la radicalidad, estos nunca serán unánimes porque el PP estará allí mostrando sus propuestas», apunta un alcalde popular, que remarca que PNV, PSE y PP deben «ser útiles» a la sociedad y buscar acuerdos dentro de Eudel, órgano que, según recalca el PP, «se ha utilizado de forma partidista en algunas ocasiones».
Sea cual sea la decisión que Bildu adopte con respecto a los órganos de administración municipal, la polémica está servida. Pese a las diferencias, Eudel logrado un alto grado de interlocución con el Gobierno en materia fiscal o en asuntos de Interior. Desde la llegada del Ejecutivo socialista, participa como oyente en las reuniones del Consejo Vasco de Finanzas y se estaba estudiando cómo regular su presencia para dotarla de estabilidad. Ahora, varios miembros de Eudel temen por la supervivencia de la asociación y claman porque la incertidumbre se disipe cuanto antes.
La sombra de Udalbiltza
En septiembre de 1999, los partidos nacionalistas firmantes del pacto de Estella -PNV, EA, Euskal Herritarrok y Abertzaleon Batasuna- decidieron impulsar la Asamblea de Municipios y Electos Municipales de Euskal Herria, Udalbiltza. El objetivo era reivindicar la independencia de Euskadi, Navarra y el País Vasco francés e implementar políticas comunes de desarrollo entre los diferentes municipios. De hecho, aprobaron un plan de gestión para el año 2000.
Sin embargo, la ruptura de la tregua de ETA, en noviembre de 1999, separó a los partidos integrados en Udalbiltza, máxime cuando EH se abstuvo en la votación de condena a las acciones armadas de la banda terrorista.
En abril de 2003, antes de las elecciones municipales, la Audiencia Nacional ordenó el ingreso en prisión de 13 concejales de Udalbiltza y la suspensión de las actividades de la asociación. Meses después, también encarcelaron a otros representantes, entre ellos el entonces alcalde de Ondarroa, Loren Arkotxa. Los detenidos permanecieron en prisión hasta 2004.
En septiembre de 2007, la suspensión de actividades para Udalbiltza se levantó. Solo unos días después, el fiscal pidió para los 22 encausados penas de 10 años de prisión por integración en banda terrorista. Dignidad y Justicia solicitó penas de entre 15 y 23 años por los mismos motivos.
El juicio contra Udalbiltza se celebró entre julio y octubre del pasado año. Todas los encausados fueron absueltos el 20 de enero de este año. La sentencia de la Audiencia Nacional consideró que «en un Estado democrático quedan fuera del ámbito penal la acción política y las opiniones y manifestaciones ideológicas, gusten o no. Incluso cuando estas repugnen a la inmensa mayoría, como ocurre con el silencio o la falta de condena de los atentados».
EL PAÍS, 19/6/2011