ABC 14/04/14
· Una cadena humana recordará por igual al al etarra que murió matando y a su víctima
Entre largas sombras de sectarismo ideológico, opacidad absoluta en el contenido cultural, manifiesta impericia de gestión técnica y un guión muy retrasado, la dirección interina de San Sebastián 2016 trabaja contra reloj para ofrecer al Patronato un «plan de choque» después de Semana Santa. Hasta ahora, solo se ha entregado un avance del programa cultural, muy vago, en el que se admite que «a veinte meses del año de la Capitalidad, la realidad es que el proyecto no es todavía tangible para la ciudadanía». El ministerio ya ha advertido a Bruselas de que la viabilidad está gravemente amenazada. «Nos preocupa no pasar los indicadores de calidad», aseguró a ABC el secretario de Estado, José María Lasalle.
Proyecto desvirtuado
Desde Europa se mira con creciente inquietud el desarrollo de un proyecto desvirtuado con la llegada de Bildu y falto de empaque internacional, que peca de exceso de «localismo». En concreto, Bruselas teme que se convierta en «una celebración de la cultura vasca dirigida exclusivamente al público local», y ordena «ceñirse en todo lo posible» al planteamiento original. Un programa ideado por Santi Eraso, único superviviente del equipo inicial, premiado por su «gran compromiso en contra de la violencia», según el jurado en 2011.
El desarrollo conceptual de las actividades que giran en torno al llamado «Faro de la paz» es, de hecho, lo que más preocupa. Aún sin ninguna concreción, se plantea una gran cadena humana «por la paz y la reconciliación», que una los pueblos guipuzcoanos de Aduna y Tolosa en recuerdo a «las primeras víctimas del conflicto vasco». Bildu consigue aquí vender su relato de equidistancia a Europa al presentar a la par al «primer guardia civil muerto por ETA y el primer militante de ETA que mató la Guardia Civil», el mismo día de 1968.
En el programa original figuran un festival «antibelicista y antirracista» y una cumbre de premios Nobel de la Paz, aunque nada de ello se indica en el avance formulado. Sí se mantiene un encuentro internacional de «comisiones de la verdad», que debatirá en Ayete, donde «expertos mundiales» pusieron a ETA la alfombra para anunciar su final, en octubre de 2011.
¿Cultura o política?
Lo cierto es que San Sebastián 2016 se desmarca de otras Capitales Culturales de grandes exposiciones, nuevos equipamientos culturales y una conjunción de su propia identidad cultural e histórica con su vinculación europeística, y apuesta por celebraciones menores que buscan una interacción del público más local.
Subyace además en el contenido adelantado una clara intención de ideologizar a favor de una sociedad «alternativa», con todos los planteamientos propios de la «izquieda abertzale» presentes: habrá acciones políticas sobre el «feminismo» y la «sexualidad», la «autoorganización», la «soberanía alimentaria» y una crítica al actual modelo del «Biesnestar», en la búsqueda de otro sistema «socio-económico y de gobernanza». También se organizará una cumbre por el multilingüismo, siempre desde la perspectiva de la «identidad», e incluso se pretende vincular el modelo cooperativista vasco con el arte.
Destaca sin embargo el festival de Jóvenes Músicos Europeos –con 10.000 músicos para mil conciertos en tres días– o una exhibición sobre la violencia a lo largo de la historia del arte, para la que se requiere la colaboración del Prado y del Reina Sofía.
San Sebastián 2016
· Una oferta «localista»
San Sebastián 2016 apuesta por una lista de actividades menores que buscan la interacción del público local.
El programa lo adornan una gran tirolina que atravesará la bahía –de Igueldo a la isla de Santa Clara–, un puente tibetano y una jaima saharaui en la playa de la Zurriola.