Bildu y PP evidencian el abismo que les separa en un debate sobre el franquismo

EL CORREO 21/06/13

El Parlamento vasco aprobó ayer una proposición de ley de apoyo a la causa judicial abierta en Argentina contra los crímenes de la dictadura

EH Bildu y el PP parecen abocados a una eterna división en todo aquello que tenga que ver con ETA y el franquismo. El Parlamento vasco fue testigo ayer de un nuevo enfrentamiento entre ambas fuerzas políticas. Como telón de fondo, el debate sobre la causa judicial abierta en Argentina contra los crímenes cometidos durante la dictadura de Franco. La Cámara de Vitoria ofreció su respaldo como institución al proceso que lleva adelante la magistrada María Servini de Cubría en Buenos Aires, a instancias de una plataforma de víctimas. La proposición no de ley, impulsada por el PNV, recibió el apoyo del PSE y de la coalición abertzale, mientras que los populares votaron en contra y el representante de UPyD, Gorka Maneiro, se abstuvo.
La resolución se divide en dos partes. Con su aprobación, la Cámara de Vitoria denuncia, por un lado, el golpe de Estado de 1936 y los «cuarenta años de represión a sangre y fuego» que el régimen fascista llevó a cabo «contra todo vestigio de disidencia y de lucha por la libertad», así como el papel jugado por «buena parte de las oligarquías agraria, industrial y financiera, así como por la jerarquía de la Iglesia católica». De igual modo, y en segundo lugar, la institución se compromete a adoptar «las medidas necesarias» para «garantizar el derecho a la justicia efectiva mediante la que se pueda superar el actual estado de impunidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos». Según recordó durante su intervención la parlamentaria jeltzale Maribel Vaquero, este tipo de delitos –así lo reconoce la jurisdicción internacional– «no prescriben» y pueden ser investigados por tribunales de todo el mundo. El exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón abordó en su día las dictaduras argentina y chilena.

Ley de Amnistía
La polémica, sin embargo, no se hizo esperar. Apenas dos días después de que el Gobierno vasco emplazara a los grupos a cerrar un acuerdo en materia de paz y convivencia –el Ararteko, Iñigo Lamarca, trasladó el mismo mensaje minutos antes del debate–, EH Bildu y el PP se enzarzaron en un cruce de acusaciones, en lo que se ha convertido ya en todo un clásico cada vez que el hemiciclo discute cualquier materia relacionada con el terrorismo de ETA o la dictadura franquista. La bronca política estalló en esta ocasión a raíz de la decisión de los populares de no respaldar la iniciativa del PNV, amparándose en la Ley de Amnistía de 1977. Una postura que compartió UPyD. El representante del PP Carmelo Barrio afirmó que su grupo condena el alzamiento y el régimen franquista –un paso que los populares vascos ya habían dado con anterioridad–. Ahora bien, advirtió que la citada norma, que marcó el cambio de régimen y abrió la puerta a la democracia, sólo puede ser modificada en Cortes Generales y nunca «cuestionada» por otros tribunales. «No estamos dispuestos a que se vulnere el espíritu de la Transición ni a que se reescriba una historia que ya está escrita», expresó.
La postura del PP desató las críticas de EH Bildu, cuyo portavoz en esta ocasión Julen Arzuaga no dudó en reprochar a la formación que lidera Arantza Quiroga, así como a UPyD, que se sitúen en «una línea de amparo y cobijo a los criminales» con su defensa del «olvido» de las vulneraciones de derechos humanos cometidas durante el franquismo. «Lo que plantean es ‘aquí paz y después gloria’», censuró. Arzuaga consideró que la Ley de Amnistía fue una «ley de punto y final», al tiempo que reclamó que las instituciones tienen la «obligación política, moral y jurídica» de ayudar a que se depuren responsabilidades.
Los populares no daban crédito ante las palabras de Arzuaga, máxime después de que no sólo su partido, sino el resto de fuerzas del Parlamento vasco, hayan exigido sin éxito que la izquierda abertzale condene los atentados cometidos por ETA en los últimos cincuenta años, de los que un tercio permanecen aún sin resolver. «Usted y su formación, con su negativa a reconocer la historia criminal de ETA son uno de los últimos vestigios del franquismo», replicó Barrio.