Bloqueo

ABC 14/07/16
ISABEL SAN SEBASTIÁN

· Hasta la fecha, el único partido dispuesto a ceder algo para que arranque la legislatura es Ciudadanos

TERMINADA la primera ronda de consultas para la formación de un gobierno, la situación sigue bloqueada. Y esto es así porque, hasta la fecha, el único partido que ha dado muestras de estar dispuesto a ceder algo en aras de permitir el arranque de la legislatura ha sido Ciudadanos. Todos los demás permanecen atrincherados en sus posiciones de partida, en sus intereses particulares, en sus cálculos más o menos mezquinos, buscando el modo de colocar la pelota en el tejado del vecino, por si fracasa otro intento y hay que señalar culpables.

El primero en mover ficha ha sido Albert Rivera, consciente de su papel secundario aunque significativo. No son decisivos sus 32 diputados, pese a lo cual contribuirán a la gobernabilidad del único modo compatible con la palabra dada a los electores; esto es, mediante una abstención en segunda instancia. Un voto afirmativo sería una traición a su propio discurso regeneracionista y un «no» rotundo al ganador constituiría una irresponsabilidad en las actuales circunstancias, por lo que parece sensato ese respaldo por pasiva. Menos de lo que quisiera el PP, que de un modo u otro sigue contemplando a los naranjitos como «okupas» del espacio político que considera suyo, y más de lo que anuncia un PSOE rehén de sus pugnas internas.

El Partido Popular ganó incuestionablemente las elecciones y tiene por ello el derecho y el deber de gobernar. Cosa distinta es que pueda conseguirlo sin apearse de sus «sine qua non», el primero de los cuales se llama Mariano Rajoy. El presidente en funciones no deja claro si esta vez aceptará presentarse a la investidura sin tener previamente amarrada la votación, como ocurre en estos momentos, y habla de «período de reflexión con otras fuerzas políticas» en caso de que persista el actual rechazo mayoritario. ¿Se refiere a dar un paso atrás a fin de retirar el principal obstáculo que impide el «sí» de los de Rivera o a la convocatoria automática de nuevos comicios? Desde el mismo 26-J su estrategia se ha basado en responsabilizar enteramente al PSOE de una eventual tercera llamada a las urnas, que todos dicen querer evitar, y a ese empeño permanece anclado casi tres semanas después, para desesperación de Sánchez.

Y es que todo el anhelo del PSOE es nadar y guardar la ropa, trasladando a Ciudadanos y/o a los nacionalistas el grueso del desgaste inherente a permitir que Rajoy revalide su mandato. «Sumen 170 escaños –vino a decir su candidato en la entrevista con Rajoy– y miraremos hacia otro lado». En otras palabras: «Soy consciente del riesgo que entraña para mis siglas enfrentarlas de nuevo a las urnas, pero suicídese si quiere Rivera haciendo lo contrario de lo prometido a sus votantes, que yo paso».

Tengo para mí que el máximo anhelo de ambos, Sánchez y Rajoy, Rajoy y Sánchez, sería volver a una España bipartidista, fuera de la cual uno y otro se mueven con dificultad. También Pablo Iglesias firmaría gustoso el regreso a ese escenario, siempre que la representación de la izquierda correspondiera en exclusiva a su tropa, por supuesto. De ahí que ya prepare el terreno, cual buitre al acecho de carroña, al estigmatizar al líder socialista subrayando que, si finalmente el PSOE permite gobernar al PP, será «poco menos que su socio». ¿Qué le importa a él España? Sabe que cuanto peor nos vaya a todos tanto mejor le irá a Podemos.

España se ha quedado fuera de esta ronda de negociación, por más que la nombren en vano.