Editorial-El Mundo
EN UN nuevo ejemplo de desprecio hacia cualquier manifestación cultural o social que no coincida con su obsesión separatista, el independentismo catalán volvió a intentar utilizar la tradicional cabalgata de los Reyes Magos para lanzar sus mensajes políticos, encaminados a desprestigiar a las instituciones democráticas y a dividir a la sociedad catalana. Con varios días de antelación, y en una acción coordinada, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), Òmnium Cultural y los Comités de Defensa de la República (CDR) hicieron llamamientos a la población a través de las redes sociales para que acudiesen a las cabalgatas portando farolillos de color amarillo como muestra de apoyo a los políticos golpistas acusados de rebelión y encarcelados preventivamente por el Tribunal Supremo y reclamaran su puesta en libertad.
Los tres grupos secesionistas instalaron en varias localidades de Cataluña puestos para distribuir estos farolillos independentistas, con la intención de que una fiesta pensada para los niños se convirtiese en un acto monocolor, imponiendo a toda la población, y especialmente a los más pequeños, un mensaje de ruptura democrática y de oposición al Estado, siguiendo el llamamiento a la rebelión que el president Torra hizo en su mensaje de fin de año.
Sin embargo, los secesionistas no consiguieron el orwelliano efecto buscado. Pese a que las asociaciones independentistas habían reforzado su presencia en la cabalgata de Vilanova i la Geltrú, que fue la que retransmitió TV3, durante todo el recorrido no se vio a través de la cadena pública ni un solo farolillo ni ninguna estelada. Tan solo, el rey Melchor hizo una alusión velada a los políticos presos.
Pero los independentistas no fueron los únicos que quisieron aprovechar la ocasión para poner los recursos municipales a su servicio. En el madrileño barrio de Tetuán, la concejala del distrito, Montserrat Galcerán, colocó junto al escenario una pantalla de grandes dimensiones en la que se proyectó un vídeo de carácter político a favor de la corporación que lidera Manuela Carmena. Ignorando los problemas reales de los vecinos, la proyección era un burdo ejemplo de agitprop en el que se recopilaban algunas actuaciones del Ayuntamiento de Ahora Madrid. Una iniciativa que, como denunció Ciudadanos, solo puede calificarse de «vergonzosa».
En la lamentable jornada de ayer, en la que los partidos quisieron robar el protagonismo a los niños, también estuvo presente el Partido Popular, desde cuya cuenta oficial de Twitter se distribuyó un vídeo humorístico en el que se sugería la muerte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El tuit fue borrado y los populares pidieron perdón por el error, un gesto que les honra, pero que no disminuye su irresponsabilidad institucional a la hora de difundir mensajes que incitan al odio. Estéril y oportunista fue la reacción del Gobierno, que ha pedido la actuación de la Fiscalía, algo que no tendrá ningún recorrido penal.