DAVID GISTAU – ABC – 05/01/16
· Vamos a un tiempo de ferocidad ideológica que volverá a postergar el advenimiento del tercer español.
El infortunio de Mas tiene el inconveniente de que ya nunca nos desquitaremos de todos los momentos Inoxcrom de estos años viendo cómo la misma burguesía que jugó al destino manifiesto, de pronto asustada por su propia creación monstruosa –llaman al timbre y es la Cup: Serafín, la plata–, suplica la entrada por Diagonal de cualquier artículo constitucional dotado de torreta y un blindaje de no menos de tres dedos.
Ese papelón es el único que no hará una burguesía que antaño representó el poder patrimonial y las ínfulas de superioridad y sofisticación pero que fue arrastrada a una aventura autodestructiva por un personaje mesiánico de cabotaje y por la vergonzosa cobardía cómplice de los medios de comunicación de vocación orgánica que siempre estuvieron con quien mandara. Pujol, Franco o Mas, el que fuera. Si en Cataluña llega a mandar el Carnicero de Milwaukee, habríamos podido leer editoriales conjuntos sobre el acierto de conservar cabezas humanas en la nevera y las recetas para asarlas. A mí me habría gustado, aunque fuera, ya digo, como pequeña venganza, ver proyectado en el cielo de Cataluña, de forma que fuera visible desde Madrid, un haz luminoso de S.O.S. como el que imploraba el auxilio de Batman. Aunque, ahora que lo pienso, de los políticos actuales sólo Ada Colau ha entrado alguna vez en plano con capa y antifaz. De ahí proviene su condición de liderazgo emergente.
Mas ya está oficialmente triturado. Como aquí no somos partidarios de escatimar el reconocimiento de los logros ajenos, a Mas hay que adjudicarle un mérito destructivo sin parangón en Occidente: él solo ha conseguido el aniquilamiento de un personaje de poder comparable al de la Democracia Cristiana en Italia, aunque para acabar con ésta hizo falta una corrupción desaforada y besos cómplices de Andreotti y Totó Riina.
Extirpado el personaje burgués, victoriosa durante las generales en los espacios urbanos la marca Colau/Podemos, resulta que en Cataluña está naciendo una bicha nueva que carece de coartadas transversales y que va a desplazar levemente el eje independentista hacia una preferencia ideológica y anticapitalista. Una pieza pensada para encajar en el modelo para armar que es el gobierno nacional y que busca, de momento, en Pdr Schz un nuevo burguesito instrumental dentro del cual viajar como lo hizo Alien en las tripas de la nave Nostromo.
Otra posibilidad es que esa confederación de tribus galas se sienta ya lo bastante fuerte como para forzar unas elecciones generales en las que se produzca la deglución completa de la socialdemocracia y la instauración de un nuevo orden miedoso donde el PP se proclame paladín contra la horda mientras seguimos preguntándonos a qué huelen las cosas que no huelen, o sea, Ciudadanos. Vamos a un tiempo de ferocidad ideológica que volverá a postergar el advenimiento del tercer español, que lo mismo acaba en Burdeos, donde tengo casa y un barquito de vela que pilota mi tío Babou mientras mezclo el ron martiniqués de caña.
DAVID GISTAU – ABC – 05/01/16