LA RAZÓN, 19/10/11
El partido de Batasuna para el 20-N toma su nombre de la célula que mató a una mujer de 63 años, madre de seis hijos. Los sangrientos terroristas «Txapote» y «Txeroki» se lo pusieron a otros dos grupos
Madrid-«Amaiur», el nombre de la coalición de Bildu y Aralar para comparecer a las elecciones generales del 20-N, fue elegido por ETA para «bautizar» a varios de sus «comandos». La localidad de este nombre, en el valle de Baztan, en Navarra, en donde se erigía un castillo, es de un gran simbolismo para el separatismo vasco, que lo relaciona con la «ocupación» castellana del País Vasco en 1522, que vino a acabar con una nación que ahora quieren recuperar.
Madre de seis hijos
El 17 de octubre de 1987 fue asesinada en Pamplona la repartidora del «Diario de Navarra» María Cruz Yoldi Orradre, de 63 años, madre de seis hijos. El «comando Amaiur», del que formaba parte, entre otros, Juan Bautista Barandalla, colocó una bomba en la sede de la Unión y el Fénix, en la calle Cortes de Navarra.
El artefacto estalló poco después de las siete de la mañana, cuando la repartidora dejaba los periódicos en el portal de la empresa. María Cruz Yoldi sufrió múltiples fracturas en los huesos de la cabeza, amputación de un brazo y heridas de diversa consideración en tórax y abdomen, que le provocaron la muerte en el acto, según se indica en el libro «Vidas Rotas».
La colocación del artefacto había sido anunciada por ETA en una llamada a la asociación de ayuda en carretera (DYA), pero, quizás de forma deliberada para atentar contra los desactivadores de los Tedax, dio datos muy confusos que impidieron localizar la bomba.
«Diario de Navarra» publicó un editorial al día siguiente en el que subrayaba que María Cruz Yoldi, que estaba en la nómina de la empresa y próxima a la jubilación, seguía trabajando pese a su avanzada edad porque varios de sus hijos se encontraban en el paro.
A esta célula se le imputaba también la colocación de otra bomba contra el concesionario de Michelín, en la calle Monasterio de Irache de Pamplona, que causó cuantiosos daños materiales, y de otro artefacto explosivo contra el establecimiento Roche Bobois, en la capital navarra.
Muere un etarra
En septiembre de 1990, los miembros del «Amaiur» intentaron asesinar a una persona, a la que acusaban de ser traficante de drogas y que vivía en el casco viejo de Pamplona. Fueron detectados por la Policía y los etarras dispararon contra los agentes. En el enfrentamiento murió uno de los terroristas de la célula, Miguel Castillo. Barandalla fue detenido, condenado a 27 años de cárcel por el asesinato de Yoldi y a entregar a los familiares de la fallecida veinte millones de pesetas. En 2009, fue excarcelado por sufrir una grave enfermedad.
En 2000, ETA volvió a poner el nombre de «Amaiur» a otra de sus células, integrada por Jorge Olaitz e Iñaki Beaumont Echevarría. El «comando» fue formado por el cabecilla Javier García Gaztelu, «Txapote», que les envió a Navarra para asesinar a políticos y perpetrar todo tipo de atentados.
El 24 de noviembre, fueron sorprendidos por la Policía cuando esperaban la salida de su domicilio del concejal Miguel Ángel Ruiz de Langarica, de Unión del Pueblo Navarro (UPN), con el fin de matarle. Beaumont fue capturado y Olaitz logró escapar. Un año después, integrado en otro grupo criminal, llamado «Kroma», volvió a entrar en Navarra y fue arrestado por la Guardia Civil.
El hecho de que escogieran a Ruiz de Langarica como objetivo se debió a que Olaitz trabajó en la misma empresa que el edil y, por lo tanto, le conocía.
El tristemente famoso Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», fue el encargado de «bautizar» con el nombre de «Amaiur» a un «comando» que iba a cometer, a partir de 2005, atentados en San Sebastián, en concreto contra los cuarteles de Inchaurrondo y Loyola. La célula estaba formada por Carmelo Laucirica, Iker Olabarrieta e Igor González. Disponía de un subfusil MATT con el que planeaban asesinar a miembros de la Guardia Civil y militares. Fueron detenidos por la Policía.
«Amaiur», el bastión navarro de los abertzales
Elegir el nombre de «Amaiur» para denominar a la coalición independentista de la Izquierda Abertzale –EA, Aralar y Alternatiba– en los próximos comicios tiene un simbolismo histórico: el castillo de Maya –territorio navarro, Amaiur en euskera– representa la última resistencia de la actual Comunidad Foral frente a las tropas castellanas durante la conquista de Navarra, iniciada en 1512.
Tras la invasión de Carlos I y la pérdida de la mayor parte del territorio en la batalla de Noain, los fieles a Enrique II de Navarra conquistaron la fortaleza cercana a Elizondo como última resistencia. Finalmente, los 10.000 soldados del bando castellano vencieron a los 500 de las tropas franco-navarras. La fortaleza fue derruida, pero los abertzales han querido «resucitarla».
LA RAZÓN, 19/10/11