Tonia Etxarri-El Correo

Máxima expectación ante la comparecencia del ministro Albares hoy ante el Senado para hablar de Venezuela mientras Maduro sigue sin reconocer los resultados electorales y ejerciendo una represión descarada sobre los ciudadanos que se oponen a su régimen. El interés en torno a los mensajes del ministro de Asuntos Exteriores se debe a que el presidente, Pedro Sánchez, ha mantenido un perfil bajo desde que se celebraron las elecciones en Venezuela. Una actitud condicionada por dos factores a la hora de pedir transparencia al régimen chavista cuando la presión internacional trata de estrechar el cerco a Nicolás Maduro, perdedor de las elecciones. En primer lugar, el silencio del ex presidente Rodríguez Zapatero que, además de no haberse pronunciado en público, ha hecho ‘lobby’ para que el grupo de Puebla no exija la entrega de actas electorales en Venezuela y no pueda demostrarse, así, el pucherazo de Maduro. Su papel en las últimas campañas electorales para salvar a Pedro Sánchez ha sido notablemente activo. En las generales, las europeas y las catalanas. Principal muñidor de los acuerdos del PSOE con Junts sobre la ley de amnistía y negociador de los pactos con ERC para investir a Salvador Illa. Su papel como valedor de Maduro, por lo tanto, ejerce de freno sobre Pedro Sánchez, que ni siquiera le ha emplazado a que exija transparencia al régimen chavista, como hizo Felipe González.

En segundo lugar, que diputados de Sumar, partido que cogobierna en la Moncloa, así como socios de Podemos y EH Bildu hayan otorgado legitimidad a la victoria electoral de Maduro tampoco ayuda para que el Gobierno de España, que debería estar liderando en la Unión Europea la presión sobre el presidente de Venezuela, dé un paso adelante en defensa de quienes están sufriendo el régimen bolivariano y, además, han ganado las elecciones.

Con estos ingredientes no se espera un gran menú del ministro Albares hoy en el Senado. Puede que pida a Maduro las actas en consonancia con la búsqueda de la transparencia que dice defender. Pero, ¿reconocerá la victoria electoral de Edmundo González, de la lista en la que no se le permitió presentarse a María Corina Machado? ¿Aclarará por qué Rodríguez Zapatero no da la cara en este delicado proceso? El PP, que todavía espera una defensa del Gobierno español cuando a su grupo de observadores electorales se le expulsó de Venezuela, tiene una batería de preguntas concretas.

Así es que, quince días después de las elecciones, el Gobierno de España deberá fijar postura por primera vez de forma oficial. EEUU y la Unión Europea ya hablaron de fraude en su momento. El Gobierno de España, no. El ministro acude al Senado arrastrando los pies mientras la oposición venezolana espera una reacción internacional contundente. De lo contrario, Maduro aguantará hasta el límite, como un dictador vitalicio, porque abandonar el poder, como le urge EEUU, significaría el fin de su impunidad. Tiene acusaciones de crímenes contra la Humanidad, narcotráfico y ahora torturas a menores y encarcelamientos arbitrarios. No se justifica una actitud del Gobierno español tan poco audaz.