ABC – 16/05/15
· En su reunión con Sturgeon se limita a ofrecerle más descentralización.
· Mas poderes Edimburgo podrá fijar tarifas y bandas del impuesto sobre la renta, y controlar parte del IVA.
Los dos políticos que se impusieron a lo grande en las elecciones británicas de hace nueve días, David Cameron y la líder nacionalista Nicola Sturgeon, se vieron ayer las caras en la residencia de la primera ministra escocesa, Bute House. El encuentro de Edimburgo, que fue tempranero y duró poco más de una hora, tenía muchísimo morbo. El SNP ha logrado el 50% de los sufragios en Escocia y obtuvo 56 de sus 59 escaños. Con esas cifras de récord, ha crecido la preocupación por la unidad del todavía llamado Reino Unido. Durante la campaña Sturgeon no habló abiertamente de otro referéndum, pero lo insinuó. Lo que sí hizo constantemente fue poner a Cameron en su diana, con apelaciones enérgicas a los laboristas para «echar al líder tory del Número 10 de Downing Street». El descalabro laborista dejó todo aquello en juegos malabares.
Pero en persona la sangre no ha llegado al río, y eso que Cameron dejó sus líneas rojas bien trazadas en Edimburgo: ni otro referéndum, ni autonomía fiscal plena para Escocia.
Sturgeon reconoció que ella y el primer ministro conservador son políticamente «dos mundos aparte». Pero el tono fue cordial, con apretones de manos sonrientes y buenas maneras. «La pelota está en su tejado. Pero yo voy a ir de buena fe. En lo que podamos, estoy decidida a negociar por el interés del pueblo de Escocia y el de todo el Reino Unido», explicó la líder nacionalista, en un tono que, para entendernos, recuerda bien poco la arrogancia al uso de un Artur Mas en sus relaciones con el Estado.
David Cameron, el primer ministro que otorgó una consulta por la independencia a Alex Salmond, el predecesor de Sturgeon y su padre político, aclaró ayer que «ni remotamente» contempla la posibilidad de otro referéndum, «porque ya ha habido uno y el resultado fue claro». El lunes que viene se cumplen precisamente los ocho meses de aquella votación, en la que los unionistas ganaron con diez puntos largos de ventaja a los separatistas, ahora tan crecidos.
La autonomía fiscal plena es una demanda constante de los independentistas del SNP, que aspirarían al control absoluto de todas las áreas excepto Defensa y Exteriores. Ese escenario sería una alfombra roja hacia la independencia y Cameron ha dicho no, advirtiendo además que si se concediese tal paso Escocia tendría que acometer recortes por importe de 7.000 millones de libras (9.600 millones de euros) o subir impuestos para recaudar esa cifra, que es la que perdería con el descuelgue fiscal.
Comisión Smith
Lo que sí prometió Cameron es llevar al Discurso de la Reina –la sesión de investidura del próximo día 28– un proyecto de ley de descentralización para Escocia. Estará basado en las conclusiones de la llamada Comisión Smith, creada entre todos los partidos de Westminster para satisfacer las promesas de más poderes para el Parlamento de Edimburgo, que se hicieron durante la campaña del referéndum a cambio de un «sí» a la Unión. Con esa reforma, Holyrood podrá fijar tarifas y bandas del impuesto sobre la renta, y controlar parte del IVA y algunas prestaciones sociales. Cameron explicó a Sturgeon que «si luego la gente de Escocia quiere hacer futuras propuestas, por supuesto las miraremos». Pero no se comprometió a nada.
Nicola Sturgeon quería a mayores el impuesto de sociedades, control sobre las leyes de empleo y el salario mínimo, y más poderes sobre el Estado del Bienestar.
Por ahora, el primer envite del previsible pulso Londres-Edimburgo se saldó con buenas formas y soluciones templadas. Pero a medio plazo son muchos los que creen que el Reino Unido está llamado a una revisión constitucional de su andamiaje territorial. Un gran escollo a medio camino es el referéndum sobre la continuidad del Reino Unido en la UE, que previsiblemente se adelantará ya al próximo otoño. Si ganase el «sí» a dejar la Unión Europea, los escoceses, que son europeístas, alegarían que en su tierra no se dio ese resultado y utilizarían esa situación como argumento para exigir un nuevo referéndum de independencia.
ABC – 16/05/15