Jon Juaristi-ABC
- El Gobierno celebra la Nochevieja estrenando en RTVE su Año de Memoria Democrática
Lo de las Campanadas de Fin de Año de RTVE o sea, la befa, mofa y escarnio del Sagrado Corazón de Jesús a cargo de una zafia conocida como Lalachús, ha ofendido, sin duda, a los ciudadanos que aún mantienen aquella devoción. No sé cuántos serán, pero supongo que suman un porcentaje mucho menor del que todavía representaban hace medio siglo en el conjunto de la Iglesia española. Mucho del catolicismo tradicional ha ido desapareciendo en los que todavía se tienen por «cristianos pero modernos». Obviamente, lo más indecente del progresismo aprovecha para hacer el payaso a su costa, convencidos de que las pullas blasfemas son como lanzadas a moro –o, mejor dicho, a cristiano– muerto y de que la mayoría del público celebrará sus chuflas.
Bueno, pues depende. A ver, por ejemplo, si la mentada Lalachús se atrevería a hacer lo mismo con una imagen del Corazón de María atravesado por siete puñales, y a darse después una vuelta por Sevilla, sin ir más lejos.
Esta chocarrería cristofóbica de Nochevieja en la televisión pública se adscribe a la fase de calentamiento para la magna conmemoración sanchista de su victoria definitiva sobre el franquismo. Como la exigua parte de la derecha que se acuerda de algo ha resucitado el asunto de los seis mil y pico curas y religiosos de ambos sexos –a los que habría que sumar otros muchos miles de pacíficos laicos católicos– asesinados por socialistas, comunistas y anarquistas durante la guerra civil, y toda vez que la ofensiva académica de algunos cargohabientes universitarios dirigida a justificar tales crímenes por su intencionalidad «estratégica» no resulta convincente, el gobierno ha optado por montar su propia campaña navideña de quema y destrucción catódica de imaginería religiosa, para recordarnos lo estupendo que era el programa político y social de aquel Frente Popular tan injustamente derrotado en 1939.
Ahora bien, convengo en que no ha habido, por parte del pueblo fiel, marchas de desagravio al Cerro de los Ángeles. La España de Sánchez no es la de Franco. A los más razonables de los telespectadores de las Campanadas de RTVE la broma sacrílega les habrá sacado una mueca de disgusto, y algunos se habrán pasado a otra cadena para tomar las uvas. A Antena 3, pongamos por caso. Allá se han encontrado con Cristina Pedroche (des)vestida con un sucinto modelito hecho con simulacros de pezones y de cápsulas cristalinas conteniendo su leche materna. La idea, según los creadores de la cosa, era presentar a la presentadora como una divinidad nutricia y protectora de la infancia. Como la Diana o la Isis multimamarias. Como otra diosa vaca, vamos.
Soy judío y sionista, pero, ante estas patochadas, me quedo con el Belén, donde las vacas están donde deben estar, en el pesebre o en el prado, y no haciendo el gilipollas.