Del blog de Santiago González
Hace ya casi veinte años, el socialista vitoriano Javier Rojo, que acabaría alcanzando su nivel de incompetencia cuando Zapatero, otro que tal, lo nombró presidente del Senado, compareció en un programa electoral de ETB y a preguntas del moderador, extrañado de que un socialista hiciera causa común con el PP, respondió: “en los campos nazis a ningún judío le preguntaban si era de derechas o de izquierdas”.
Hoy, ante la iniciativa de Libres e Iguales para que 183 ciudadanos españoles grabaran un mensaje de apoyo al Rey ha habido silencios sorprendentes y explicaciones aún más sorprendentes. Atronadores silencios de gentes que sí acudieron pastueños a la boda de los Reyes en estado de crisálida, quiero decir cuando eran príncipes, figuras de relumbrón en la cultura o el deporte que fueron gozosos a recoger el premio Príncipe de Asturias (ahora Princesa) al teatro Campoamor, pero que decir ‘¡Viva el Rey!’ les da yuyu.
Hay quien excusa su vítor ausente con el argumento de que “uno de estos días voy a cenar con él” o “es demasiado complejo”, aunque mi preferida, por española, es la explicación de un viejo socialista, ya octogenario y fuera de la política activa desde hace un lustro: “si coincidiera con alguien de Vox sería un cadáver político”, dijo mientras flotaba en un olor de incienso y cera. Vox es para nuestra desdichada izquierda el equivalente a lo que era hace veinte años el PP.
En el socialismo actual solo Emiliano García Page ha dicho ‘Viva el Rey’. Hay gente con pasado socialista, Corcuera, Rosa Díez, Paco Vázquez y Joaquín Leguina, aunque no sé si este último pertenece todavía a la iglesia militante. Pero uno no entiende que socialistas por quienes se siente aprecio y cierto respeto intelectual se hagan los longuis, pongamos que hablo de Jáuregui o Redondo. O que hagan mutis el presidente en activo, los 22 lerdos que le hacen juego en el Consejo de Ministros y tres expresidentes vivos.
Zapatero es aliado del dictador más corrupto de América y que practica la represión más feroz (consultar Human Rights Watch), además de tener a su pueblo acorralado por hambre (aunque el zangolotino Errejón sostenía que los venezolanos comían tres veces al día).
Cómo van a firmar nuestros socialistas en una lista en la que figura Santiago Abascal. Cómo va a suscribir el PP una moción de censura que han planteado los de Vox. Por aquel entonces tuve la ocasión de compartir un café parlante con Zapatero y otra media docena de personas en casa de Javier Pradera. El secretario general del PSOE, que ya para entonces tenía al inenarrable Txusito negociando con Otegi la violación del Pacto Antiterrorista en el caserío Txillarre, tuvo el cinismo de mostrar su preocupación por el hecho de que los socialistas tuviesen que ir a rebufo del PP y a uno se le ocurrió una metáfora ciclista pertinente: “tomadles la delantera”. El consejo vale para la zozobra del PP ante la moción de censura contra Sánchez. Casado debería presentar su propia moción, adelantar a Vox en la tarea. Nunca hubo en España un gobernante tan indigno y tan incompetente, nadie tan merecedor de la censura como el psicópata de La Moncloa.
Vivimos en la España del fulanismo, gran invento de Zapatero que Sánchez está pespunteando con primor. Con esta gentuza no habría sido posible la transición. Ellos van a pulverizarla. Yanos lo advirtió Edmund Burke: “para que mal triunfe solo es necesario que las buenas personas no hagan nada”. No sé si me explico.