EL MUNDO 11/03/14
· Desde los años 90 las redes terroristas han enviado combatientes desde España a Bosnia, Afganistán, Chechenia, Indonesia y Mali
Es una amenaza constante. El terrorismo yihadista o de corte internacional sigue siendo la gran preocupación de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado. «Hay que destacar el peligro que los yihadistas suponen para nuestro país», advierten los servicios de inteligencia y de información en sus habituales informes.
Señalan como uno de los aspectos que deben ser más controlados por la lupa policial «el reclutamiento: reclutadores, reclutados, personas que apoyan, financiadores, yihadistas que regresan… Porque, sin duda, los yihadistas suponen la principal amenaza que tiene nuestro país».
Los servicios de inteligencia avalan sus sospechas con estudios históricos de cómo España ha sido durante décadas una «cantera» desde la que se han enviado «musulmanes con ideas extremistas» a todo el mundo, «con la finalidad de que fueran a luchar o, como ellos dicen, a realizar la yihad en un tercer país donde existiera un conflicto bélico. Son los conocidos como yihadistas o combatientes extranjeros, que actualmente luchan en Siria, Mali y Somalia, entre otros países».
Los analistas recuerdan en sus escritos que en 1995 ya se detectó cómo personas reclutadas en España por células integristas fueron enviadas a la localidad de Zenica, en Bosnia. Por aquellas fechas, los musulmanes enviaban a los yihadistas por tratarse de una zona en la que había una situación de «guerra abierta». «Fueron varias decenas los reclutados en España enviados allí. Una docena fueron identificados y, cuando regresaron a España, detenidos y condenados por su integración en organización terrorista».
Una vez finalizado el conflicto en Bosnia, los reclutadores que captaban adeptos en España pusieron sus ojos en Afganistán para enviar a los yihadistas. Los servicios de inteligencia cifran también en varias decenas el número de radicales que partieron desde España al conflicto en Afganistán.
También Chechenia fue receptora de radicales captados en España. De hecho, según consta en los informes, se trataba de algunos de los que participaron a mediados de los 90 en el conflicto de Bosnia que, posteriormente, acudieron a la guerra de Chechenia.
Otro de los focos que tampoco ha sido ajeno a estas personas procedentes de España es en la isla de Sulawei, en Indonesia. Tras la intervención de EEUU en Afganistán después del 11-S, este país dejó de ser destino prioritario para los yihadistas. El foco se diversificó . Y entre otros centros apareció Indonesia. Allí, al campamento de entrenamiento de Poso, se desplazaron algunos de los que fueron reclutados por estas redes en España. AbuDahdah, en coordinación con Amer Azizi y el indonesio Parlindungan Siregar fijaron Poso como centro para los nuevos adeptos.
Según los informes de la inteligencia, por allí pasaron para recibir adiestramiento y adoctrinamiento alrededor de 700 muyahidines. «Era un campamento de entrenamiento para yihadistas cuyos líderes estaban vinculados a Al Qaeda», recuerdan los informes de los especialistas.
Por último figura Mali, el destino más reciente. De hecho, según los analistas, «recientemente se ha detectado en el sur de España una nueva infraestructura que daba soporte logístico a grupos terroristas que operan en Mali».
De momento, los informes que se manejan apuntan a que ya son una docena las personas procedentes de España que se han desplazado a este país africano utilizando una red de captación que opera en Nador (Marruecos) y Melilla.
Los servicios de inteligencia alertan de que tras el desmantelamiento por Marruecos en mayo de dos células conexionadas con la estructura implantada en Melilla, es probable que los detenidos se dirigieran a campos de entrenamiento en Argelia y Mali, con el objetivo de regresar al sur de España una vez terminada su formación para cometer atentados. Es decir, con España como objetivo.
Alertan estos especialistas de la importancia de internet, herramienta básica utilizada por estos movimientos en sus comunicaciones. «Esta red desarrolla su actividad al amparo de un movimiento radical proselitista a través de internet con conexiones con otros países europeos en los que se promulgan contenidos de incitación a la yihad, de animadversión hacia España y de idolatría a líderes islamistas radicales de Marruecos».
Los analistas recuerdan que los responsables y encargados de impartir cursos paramilitares en los campos de entrenamiento yihadistas del norte de Mali «contarían con vínculos con Jabhat al Nusra (una de las tramas terroristas vinculadas con Al Qaeda) y habrían tenido como objetivo en un primer momento enviar voluntarios a Siria, antes de optar por introducirlos en el norte de Mali», según se constata en los documentos de la inteligencia que obran en poder de este periódico.