Entrevista a CARLOS URQUIJO, ABC 08/04/13
· Urquijo repasa, en una entrevista a ABC, sus difíciles relaciones institucionales con una Bildu empeñada día a día en bordear la legalidad.
En su despacho conviven en armonía las fotos del Rey; del presidente Rajoy, y del lendakari Urkullu. Y en su empeño por mantener el orden institucional en el País Vasco, exhibe un grueso tomo de acciones emprendidas contra Bildu, cuya ilegalización ve como una «obligación del Estado».
—Bildu le acusa de «censor mayor». ¿Es un halago?
— Es el simple reconocimiento de que cumplo mi trabajo.
—Quiere declararle «persona non grata» en Guipúzcoa.
— No sale adelante porque PNV, PSE y PP no están de acuerdo con una iniciativa basada en su fobia a la figura del delegado.
—Los nacionalistas dicen que está «obsesionado» con la bandera nacional, por la que ha emprendido ya 103 acciones. ¿Debe ondear también en la Universidad Pública Vasca?
— Mi requerimiento a la UPV es a petición de la denuncia de un ciudadano. Analizada la ley, la UPV está obligada como corporación pública a que en su fachada ondee la bandera.
—¿Es Guipúzcoa un territorio rebelde?
— No lo diría. Bildu hace alarde de sortear la legislación, pero cuando ven riesgo de que su actuación puede derivar en consecuencias administrativas o penales, la cumplen.
—¿Opina que abrir un proceso de ilegalización contra las marcas de Batasuna sería dar un «paso en falso»?
— El Gobierno tiene como marco de referencia la sentencia del TC de junio de 2012 que revocó el auto del Supremo por el cual no se autorizaba la inscripción de Sortu en el registro de partidos. Se establecen cinco líneas rojas.
—¿Y no se han soprepasado ya?
— Se están acumulando indicios. He remitido en los últimos meses 24 comunicaciones a la Fiscalía que entiendo que rebasan esas líneas rojas. Será ella la que juzgue si esas pruebas son suficientes para iniciar ese proceso.
—Pero tras la justificación política de los asesinatos de ETA por Mintegi usted dijo que es «obligación del Estado» ilegalizar. La escalada verbal sigue y el Estado no actúa.
— Es incierto, se siguen recabando pruebas e indicios por parte de la Policía y Guardia Civil. El Estado se está cargando de razones para determinar en qué momento está fundamentado instar la ilegalización sin que éste se vuelva contra el Gobierno. Eso sería un fracaso. Hay que hilar muy fino. Lo contrario sería un espaldarazo para las franquicias de ETA.
—¿Están en trance de ser ilegalizados?
— No tengo ninguna duda de que Bildu está en la cuerda floja. Yo creo que ellos también son conscientes y, de hecho, alguna matización posterior de Mintegi en relación al asesinato de ETA es porque saben que se mueven en un terreno pantanoso.
—¿Se puede prohibir que hablen de «presos políticos»?
— Es complicado porque un parlamentario en el ámbito de su actuación política puede utilizar casi cualquier tipo de argumento siempre que no sea delictivo. Pero creo que la presidenta del Parlamento puede actuar desde el punto de vista reglamentario. Le puede sancionar expulsando del salón de plenos e incluso estableciendo sanciones con una duración mayor. Se ha hecho en el pasado por temas menos graves (en alusión al castigo impuesto a Carlos Iturgaiz por votar en el escaño vacío de Mayor Oreja)
—¿Cabría al menos una sanción administrativa contra Sortu?
— El ministro del Interior ya ha pedido al Fiscal que tome cartas en el asunto. El homenaje de las juventudes de Sortu en Orduña a López Peña con pebetero y baile multitudinario de aurresku –denunciado por ABC– es otro indicio evidente.
—¿La llegada del PNV al Gobierno complica su relación?
— La relación de momento es correcta, pese a la torpeza de la consejera de Seguridad poniendo como prioridad el repliegue de la Policía y Guardia Civil. Hasta donde yo sé, seguirán en el País Vasco el mismo número de efectivos de las FSE, unos 4.500 agentes.
—El PNV le tiende la mano a Rajoy para negociar un «nuevo estatus». ¿Recogerá el envite?
— Tengo la impresión de que cualquier cuestión que suponga la superación del marco jurídico-político actual no tiene ningún recorrido.
—¿Hay sintonía Urkullu-Rajoy?
— Desde el punto de vista personal, el lendakari me parece más razonable y permeable de lo que era Ibarretxe. Confiando en ese talante, espero que sea posible llegar a acuerdos.
—¿Cree que pactarán un nuevo cupo?
— Sí. Por alguna conversación informal a la que he asistido entre el consejero de Hacienda y el ministro Montoro, concretamente en la jura de Urkullu en Guernica, creo que hay margen para el acuerdo. En materia económico-financiera la disposición del Gobierno es la mejor para tratar de llegar a acuerdos que sean razonables.
—¿Ve plausible una alianza entre PNV y Bildu al estilo de CiU y ERC?
— Desde luego, hasta la fecha no veo acercamiento. Otra cosa es que el PNV, por su situación de minoría, tenga que buscar socios para aprobar presupuestos.
—El Gobierno no otorga mucha importancia al último comunicado de ETA. ¿Cree que su cese es irreversible?
— Todavía mantiene estructuras en la clandestinidad y es evidente que su comunicado fue de amenaza, probablemente a su parroquia, pero no debemos echarlo en saco roto. El Gobierno debe mantener esa política de firmeza y perseverar hasta su disolución.
—¿Le preocupa el relevo que bordará el PP vasco tras la anunciada marcha de Basagoiti?
— No me corresponde opinar, es que además no toca.
—¿Teme que puede haber una «guerra» entre personas?
—Espero y deseo que no. Pero si hay un debate de personas, tenemos un banquillo muy amplio.
Entrevista a CARLOS URQUIJO, ABC 08/04/13