EL MUNDO 26/10/13
· Acusa a los independentistas de pretender que «Cataluña se ampute una parte de sí misma» / Arropa a Tomás Gómez, que pide primarias en febrero.
La ex ministra de Defensa y dirigente socialista Carme Chacón generó ayer una enorme expectación en su primera visita a España tras su marcha a EEUU. La ex diputada abogó por la llegada de «una nueva tripulación» al Gobierno central y a las distintas instituciones que apueste «por convivir desde el respeto y la diferencia» con Cataluña y que haga frente así al desafío separatista. Ella aspira a dirigir el PSOE y liderar esa nueva tripulación en el Gobierno de España a partir de las elecciones de 2015.
Chacón pidió a su partido que sea «totalmente claro para dejar atrás» la «espiral de enemistad» actual entre Cataluña y el resto de España. Alabó la iniciativa de Rubalcaba y Navarro de reunirse ayer con Mas, pero les advirtió que, «para que el diálogo prospere, debe basarse en la claridad».
Chacón fue ayer muy clara en su contundente respuesta a «la mayor crisis, la más urgente y la de mayor gravedad» que sufre en estos momentos el país: el desafío soberanista catalán. Y fue rotunda en contraste con el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha rehuido entrar directamente en este debate en las últimas semanas a pesar de las preguntas de los periodistas.
La ex ministra viajó a Madrid para arropar al secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, en un desayuno del Fórum Europa. Y se despachó con Artur Mas, con el Gobierno, con el PP y con su propio partido. Empezó reconociendo que «todos hemos cometido errores» para llegar a la actual «espiral de enemistad» que «algunos llevan incubando desde hace tiempo» y que «empieza a afectar de forma peligrosa a la convivencia» entre Cataluña y el resto de España.
Para hacerle frente, abogó por la llegada de «una nueva tripulación de refresco que enderece el rumbo» de España, que quiere que esté gobernada por el Partido Socialista tras las próximas elecciones generales.
Eso sí, el PSOE, a pesar de los «errores» que no quiso explicar, «jamás» incitó «al odio» y nunca hizo «del enfrentamiento entre españoles el eje de su política». En un evidente mensaje a Rubalcaba y a Pere Navarro, reiteró que en este tema «hay que ser totalmente claros». A los nacionalistas les acusó de querer que «Cataluña rompa con una parte de su ser, de su historia y de su cultura» y «que se ampute una parte de sí misma».
«No basta con decir que la independencia no es posible» [como aseguró hace unas semanas Felipe González]. Lo que hay que decir es que «no es deseable por los perjuicios políticos, sociales y económicos para unos y para otros».
Aunque calificó como «un gesto de cordura» la reunión de ayer de Rubalcaba y Navarro en el Palau de la Generalitat, rechazó que «se haga el juego» a Artur Mas porque lleva dos años «envuelto en la senyera y hablando en nombre de todos los catalanes» cuando no los representa. También rechazó como un error «ignorar el problema» y «cruzarse de brazos», como estima que están haciendo Mariano Rajoy y el Gobierno de España.
La solución al grave conflicto actual pasa, apuntó, por defender «la ilusión de un nuevo proyecto común: un país plural y decente, rico en diferencias y comprometido en la igualdad de derechos de todos los ciudadanos». En definitiva, dijo, eso es lo que los socialistas llaman «federalismo», en línea con la propuesta de reforma de la Constitución del PSOE.
«Para que el ánimo cambie en Cataluña», añadió, «debe cambiar también en toda España y particularmente en Madrid». «Es urgente arrinconar cuanto antes el lenguaje del odio y el miedo», añadió. Y para ello, abogó por ejemplo por que «deben aceptarse la lengua y la cultura catalanas como propias, no como una rareza, sino como una riqueza cultural de catalanes y españoles».
La ex diputada dejó el Congreso hace mes y medio para dar clases durante este curso en una universidad de Miami. Pero se compró «un billete de ida y vuelta», como dijo ella misma en su despedida.
Por si alguien tenía dudas sobre su voluntad de seguir influyendo en la vida política española o de liderar el PSOE en el futuro –algunos miembros de la Ejecutiva Federal la querían dar por amortizada la semana pasada–, ayer volvió con toda su fuerza.
Chacón no quiso entrar en el debate interno sobre las primarias o en el futuro del partido que se diseñará en la Conferencia Política de noviembre. Pero confirmó que estará en ese cónclave que se celebrará en Madrid. En la misma se podría apuntar la fecha de las elecciones internas para elegir candidato.
La ex ministra también asistirá hoy al Consell Nacional del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en Barcelona. Chacón reaparecía en Madrid para arropar a uno de los dirigentes más críticos con Rubalcaba, Tomás Gómez, que sí entró de lleno en el debate interno. El secretario general del PSM apostó por que el Partido Socialista celebre las primarias para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno «en febrero de 2014», antes de las elecciones europeas.
Eso sí, el barón socialista no quiso hablar de candidatos, ni siquiera cuando se le preguntó directamente por Chacón, a la que apoyó en el último congreso del PSOE. En la abarrotada sala del hotel Ritz donde se celebró la Conferencia estuvieron sólo dos miembros de la Ejecutiva Federal enviados por la dirección para que nadie dijera que hacían «el vacío» a Gómez: Rafael Simancas y Purificación Causapié. También acudieron el secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, su antecesor, José María Barreda, o el ex ministro José Blanco, entre numerosos dirigentes del PSM.
EL MUNDO 26/10/13