TEODORO LEÓN GROSS-ABC

  • En Moncloa saben que el país, frustrado o feliz, se ha ido a la playa

Aunque el Partido Popular aún se aferre a los quiebros tácticos de la constitución de las Cortes y la ronda del Rey para la investidura, la realidad es que la calle tiene amortizado que el sanchismo se mantendrá en el poder. Muchos ya están en la playa o a aspiran a estar pronto allí, en chanclas o mejor descalzos, hundiendo los pies hasta los maleolos en el agua de la orilla. Ya se piensa en los espetos de sardina pisando la arena de los chiringuitos y en los duermevelas sin prisas oyendo los pájaros o las chicharras. Y quien no esté en la playa, buscará su playa interior del verano, entre el aire acondicionado y los expositores de las heladerías con estética de concursos florales. Agosto se dejará ir, augusto y lento, como en el verso de Gerardo Diego. Ya está asumido que el sanchismo, lejos de ser derogado, será más sanchismo que nunca. Después de la sobredosis electoral, también de eso se necesitan vacaciones.

Pedro Sánchez, desde la residencial real de La Mareta en Lanzarote, ha parado el reloj para enviar un vídeo empaquetado, huyendo de nuevo de las preguntas incómodas, para presumir de líder de la mayoría social. Un modo de declarar su victoria y no felicitar al ganador en las urnas –también se refutan las viejas cortesías– al que corresponderá felicitarlo a él como presidente en la investidura. Eso sí, no deja de ser forzado denominar mayoría social de España a un conglomerado de izquierdas y derechas, nacionalistas e ‘indepes’, ‘jeltzales’ rancios de ‘Dios y ley vieja’ y ‘abertzales’ de pasado criminal, carlistas y xenófobos, tardocomunistas, y un buen puñado de fugados y expresidarios en esa negociación… Al sanchismo, como ‘mayoría de intereses’, le encaja más que nunca el Frankenstein con que lo bautizó Rubalcaba. Pero a Sánchez le ha salido el órdago. Y esto va como las estrategias extravagantes de los entrenadores de fútbol: si pierdes, eres un patán; si ganas, un genio.

En Moncloa saben que el país, frustrado o feliz, se ha ido a la playa y va a ahorrarse el juego subterráneo de las próximas semanas. Unos por no mirar, y otros por no verlo. Pero juego subterráneo va a haber y mucho. Y Sánchez, marca de la casa, sin duda pasará por caja. Ya se ofrecen a abrir el melón de la financiación tras cuatro años de brazos cruzados traicionando a la comunidades infrafinanciadas del sur. Asimetría o quita vuelven a ser términos coloquiales. Los medios sanchistas ya entonan el ‘España ens roba’ que será la canción del verano. Sánchez, como lo define certeramente Dudda, es «un presidente ideal para la posdemocracia liberal en la que lo importante es la escenificación del poder, la rendición de cuentas es una quimera y el entretenimiento es más relevante que la gestión»… asíque el antisanchismo seguirá siendo necesario tras la tregua de agosto, y más que nunca. Eso sí, su credibilidad frente a esa deriva iliberal necesitará también una respuesta a Vox… y una alternativa al sanchismo más allá del antisanchismo.