ALBERTO AYALA, EL CORREO 27/06/13
· En la consolidación de la paz sobran eufemismos y equidistancias. La generosidad rara vez es unidireccional.
Era un secreto a voces que la ponencia de paz creada en el Parlamento vasco para avanzar en la consolidación del nuevo tiempo no termina de carburar. ¿La razón esencial? La negativa de la izquierda abertzale a rubricar el suelo ético pactado por todos los partidos la pasada legislatura. Quedaba oficializar el bloqueo. Pues bien, ayer se dio el primer paso.
Fueron los socialistas quienes pusieron algunas cartas boca arriba. El PSE se toma las vacaciones de verano para reflexionar sobre este foro, anunció su portavoz, el exconsejero de Interior Rodolfo Ares. La ponencia se volverá a reunir en septiembre y se verá si hay movimientos o todo sigue igual. En este último supuesto, el foro quedaría varado en vía muerta por mucho que las dos fuerzas abertzales dejaran ayer claro que no se levantarán de la mesa en ningún caso, ni aunque se queden solas.
Pese a las críticas por sobreactuación vertidas por PNV y EH Bildu contra Ares , y a que la ausencia del PP no resulta en absoluto cómoda al PSE, la posición socialista tiene fundamento y ayuda a la claridad. ¿De qué sirve reunirse de forma periódica si uno de los presentes se niega a asumir el artículo primero de todo demócrata: que el terrorismo ni tuvo ni tiene ni tendrá justificación porque ninguna idea puede defenderse con el crimen, la extorsión, la exclusión. Con el miedo.
Búsqueda inútil
En el proceso de consolidación de la paz sobran los eufemismos y aún más las equidistancias. Que ETA asesinara hasta antes de ayer no lo justifica ni el franquismo, ni el bombardeo de Gernika –’curioso’ el intento del plan de paz de Jonan Fernández de que algunos asocien memorias–, ni las guerras carlistas ni la derrota militar de Navarra ante Castilla en 1512, que supuso el fin de la independencia del viejo reino. La banda mató con Franco en el poder, pero ha causado mucho más dolor en democracia. Y eso que, no lo olvidemos, en octubre de 1977 hubo una amnistía total para abrir un nuevo tiempo en toda España.
EH Bildu insiste en buscar justificaciones en la historia a lo que no lo tiene y trata de camuflar los crímenes de la banda equiparándolos con los asesinatos llevados a cabo con fondos públicos, organizados desde las cloacas del Estado. Crímenes tanto o más repugnantes por gestarse donde se gestaron, pero que los partidos han condenado y condenarán las veces que haga falta.
En el supuesto de que en septiembre persista la falta de perspectivas razonables de avances puede que no sea tan mala idea dejar hibernada la ponencia de paz. Así al menos no se trasladarán a la opinión pública falsas esperanzas. Si, por desgracia, llega ese momento resultaría una pésima noticia que el PNV tratara de condenar a la hoguera a quienes denuncian la falta de avances y no a quienes insisten en el inmovilismo. Joseba Egibar pareció amagar ayer en esta dirección, recordando por segundos los mejores tiempos de Lizarra.
Si la sociedad vasca tiene que afrontar el futuro con estos mimbres seguro que sabrá hacerlo. De hecho el grado de exigencia ciudadana hacia quienes han empuñado las armas y sus apoyos políticos es inmensamente inferior a las ganas de pasar esta desgraciada página de una vez y casi a cualquier precio. La izquierda abertzale es consciente de ello. Pero seguro que también ha comprobado que la historia enseña que la generosidad no suele ser unidireccional. Que quien no da raramente recibe. Y lo que pide es generosidad no derechos.
ALBERTO AYALA, EL CORREO 27/06/13