Gabriel Sanz-Vozpópuli
Los republicanos dudan si abstenerse con Sánchez tras la elección de Colau en Barcelona. La contradicción de Rivera: los pactos permiten al PP auparse como la alternativa al PSOE que él reclamaba
El PSOE ganó las pasadas elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo, pero la que fue una rotunda victoria en cómputo global en voto, ya apuntaba en la misma noche electoral -con el chasco de Madrid- a que podría no serlo tanto en la conformación del poder municipal, a causa de los pactos; y eso se ha ido comprobando con el paso de los días.
Este sábado, la constitución de los ayuntamientos arroja un resultado ambivalente: los socialistas recuperan Santiago de Compostela, A Coruña, Jaén o Tenerife, pero pierde Tarragona, Lérida, Granada, Córdoba y, lo que es más importante, la izquierda en su conjunto (PSOE + Podemos) pierde dos de los ayuntamientos del cambio más emblemáticos: Madrid capital y Zaragoza. Y en Pamplona Navarra Suma (UPN + PP + C’s) se la arrebata a EH-Bildu.
Dando como muy probable que Javier Lambán sea reelegido en próximas semanas presidente de Aragón -por la rotunda oposición del PAR a ceder ante PP y Ciudadanos-, ahora mismo, a Pedro Sánchez solo le queda esperar que el Gobierno de Canarias caiga del lado del socialista para cantar por lo menos una gran victoria autonómica. Porque no parece que Cs vaya a dar la presidencia de Castilla y León a Luis Tudanca ni la de Murcia a Diego Conesa.
Paradójicamente, a Pablo Casado, que en lo cuantitativo tiene poco que festejar -de 27 alcaldías de ciudades de más de 100.000 habitantes en 2015 se queda en 14-, el triunfo en Madrid y, en general, el pacto con C’s le permite defender que la alternativa es él, no Albert Rivera. Y por esa misma razón a Sánchez lograr la vara de mando socialista en 34 de esas grandes ciudades le sabe a poco después de haber sacado a su rival 1,6 millones de votos el 26M: PSOE 6.657.119 votos (29,26%) frente a los 5.058.542 del PP (22,23%).
Tres capitales ‘naranja’
Todo tiene origen en el cordón sanitario establecido por Rivera sobre «el PSOE de Pedro Sánchez» en toda España salvo Extremadura y Castilla-La Mancha, que este sábado vivió su primer capítulo con el acceso del PP a las importantes alcaldías de Madrid, Zaragoza, Alicante y otras.
La irrupción de Vox hizo que al final Burgos no fuera a manos de Ciudadanos ni Huesca a las del PP -se anuncia moción de censura contra el alcalde socialista- y, sin embargo, Ciudadanos sí se queda con Granada y Palencia. La formación ‘centrista’ también accedea la Alcaldía-Presidencia de Melilla. Y se turnará con el PP en la Alcaldía de Badajoz.
En la práctica, el líder de Ciudadanos ha aupado a Casado al rango de líder de la alternativa que decía ser él, tras permitir al líder popular prácticamente hacer tablas con Sánchez en alcaldías de provincia.
Rivera ha pactado con Casado en toda España y solo con Page en Castilla-La Mancha, para cumplir su compromiso de ‘cordón sanitario’ al «PSOE de Pedro Sánchez»
Por lo que respecta al PSOE, Rivera solo ha acordado con el presidente castellano-manchego, el socialista Emiliano García-Page, repartirse dos años las alcaldías de Albacete y Ciudad Real, y el apoyo al candidato socialista en Guadalajara; y finalmente Ciudadanos se abstuvo para que saliera elegido Luis Salaya alcalde de Cáceres y Julio Millán de Jaén.
Además, ERC ya habla de «desconfianza» con los socialistas por la elección de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona y no del republicano Ernest Maragall, y que ha llevado al PSC a perder las importantes alcaldías de Lérida y Tarragona hoy en manos de Esquerra -a cambio de quedarse con las ciudades dormitorio del cinturón, empezando por L´Hospitalet-, se entiende la preocupación en Ferraz por lo sucedido.
Cierto que en La Moncloa la posible abstención de los 15 diputados de ERC no acababa de convencer del todo, como demostró el viernes la ministra portavoz, Isabel Celaá, reclamando a Ciudadanos que se abstenga para evitar que el Gobierno del país dependa de Unidas Podemos y de los independentistas.