Casi 150 etarras sí cumplirán hasta 40 años de cárcel sin la doctrina Parot

Francisco Javier García Gaztelu «Txapote», asesino de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica, entre otros, saldrá de la cárcel con más de setenta años. Una edad similar tendrá Anabel Egües, jefa del último «comando Madrid» cuando vuelva a pisar la calle. Como ellos, alrededor de 150 etarras cumplirán de forma efectiva entre 30 y 40 años de prisión. A diferencia del más de medio centenar de excarcelados tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que amparó a Inés del Río, estos terroristas no se verán privilegiados por la liquidación de la doctrina Parot y los beneficios que contemplaba el Código Penal de 1973.
Y es que además de su currículum criminal, estos etarras tienen en común que fueron condenados bien con el Código Penal de 1995, bien con la reforma de 2002, que ya aseguraban el cumplimiento efectivo de la pena de prisión, en el primer caso situada en un máximo de 30 años y en el segundo, de 40. Con la nueva legislación penal, nunca más dos días de cárcel han vuelto a suponer uno de libertad (motivo por el que ya de primeras los 30 años de máximo cumplimiento se quedaban en veinte de forma automática) ni se han vuelto a conceder más de 500 días de redenciones extraordinarias por hacer yoga en la cárcel o participar en talleres de marroquinería.
Salvo un cambio en la política penitenciaria, arrepentimientos o pronósticos de reinserción favorables, lo que no se espera, el horizonte penal para este centenar y medio de terroristas es en estos momentos muy negro. Podrán progresar de grado, como el resto de presos, al tratarse de un derecho que no excluye a ningún ciudadano, pero en la práctica, por las razones expuestas, es difícil que alguno consiga el tercer grado. Así las cosas, «Txapote», que en la actualidad tiene 47 años, no abandonará la cárcel antes de cumplir los 70. Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», que es cuarentón, podría cumplir los 80 años entre rejas. Acumula ya condenas que se acercan a los 400 años de prisión, por, entre otros atentados, la salvajada de la T4, y aún tiene causas pendientes. A sus 55 años, «Kantauri», el excabecilla que impulsó los atentados contra políticos del PP, PSOE y UPN, pisará la calle en edad de jubilación. Suma alrededor de 300 años de cárcel.
La exconcejal de HB Anabel Egües, que dirigió el último «comando Madrid», y fue detenida minutos después de asesinar a cuatro personas, tiene 45 años. Con varias condenas que suman casi 1.500 años de cárcel, estará muy cerca de ser septuagenaria, si es que no lo es, cuando pueda regresar a su Tolosa natal. Matin Sarasola, Igor Portu y Mikel San Sebastián, cuyas edades oscilan entre los 34 y 36 años, cumplen condenas, cada uno de ellos, de 1.040 años de prisión. Les afecta la reforma del Código Penal de 2002, como a «Txeroki» y el resto de etarras de penúltima y última generación. Es decir, cumplirán de forma efectiva 40 años entre rejas. No es más halagüeño el futuro que le aguarda al exjefe de «logística-militar» de ETA Mikel Karrera, «Ata». De momento, ha de cumplir en Francia cadena perpetua —22 años efectivos— y otra condena de similar duración. Tiene 41 años. Y, ¿qué le espera a «Josu Ternera», de 62 años, cuando sea detenido?