Esta tendencia de Ciudadanos es la que corrobora la encuesta de Sigma Dos que hoy publica EL MUNDO. La crisis catalana beneficia con claridad a la formación naranja y es, de largo, el partido que más rédito político obtiene a raíz de la reacción del Estado y de los partidos políticos al golpe perpetrado por los separatistas para intentar liquidar la soberanía nacional. Según este sondeo, el 39% de los encuestados valora positivamente el papel de Ciudadanos en Cataluña frente al 32% de Mariano Rajoy. De esta forma, la valoración que obtiene Rivera supera con holgura a la de los populares. Por el contrario, más de la mitad de los sondeados considera que Podemos ha actuado mal o muy mal en esta crisis, lo que indica el error de la estrategia de la izquierda populista, que cada vez está más cerca del soberanismo. Cabe tener en cuenta, además, que la encuesta se realizó coincidiendo con el encarcelamiento de cinco líderes del procés y la detención de Carles Puigdemont en Alemania.
La evaluación positiva que obtiene Ciudadanos tras el descabezamiento de los cabecillas del procés tiene varias explicaciones, y ninguna presagia nada bueno para el PP de cara al futuro y el ciclo electoral que se abre con las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019. La primera es la falta de desgaste: el apoyo desde fuera al Gobierno le ha permitido a Rivera consolidar una posición propia preservando el papel natural que ejerce Ciudadanos a la hora de asegurar los pactos y la estabilidad. La segunda razón del auge de la formación naranja es la firmeza de sus planteamientos con relación al soberanismo. La nitidez de su discurso, la claridad de su estrategia y la determinación de sus propuestas –especialmente, en lo relacionado a la aplicación del artículo 155– propulsan a Ciudadanos. Es el reconocimiento a la labor de oposición ejercida en Cataluña no sólo ahora, que se ha convertido en el grupo más numeroso del Parlament, sino desde hace una década, cuando fue casi el único partido que se atrevió a levantar la voz frente a la hegemonía nacionalista y a levantar las alfombras para destapar la mugre acumulada durante el pujolismo.
Los datos que arroja la encuesta que hoy publicamos son especialmente preocupantes para Podemos, que sigue empeñado en repetir el error tantas veces cometido en la izquierda de fundirse con el nacionalismo, pero sobre todo para el PP. El Gobierno no sabe capitalizar en su favor la respuesta institucional al golpe separatista y, en cambio, sí acusa la erosión generada por las decisiones duras y excepcionales que se ha visto obligado a adoptar. Casi el 50% considera que la Justicia está actuando correctamente con el independentismo. Sin embargo, un 53,3% de los sondeados supende la actuación del PP desde los comicios del 21-D.
El Gobierno decidió, tras alcanzar un acuerdo con PSOE y Cs, que la intervención del Govern fuera extraordinariamente limitada, ya que no implica el control de la radiotelevisión pública de Cataluña ni tampoco ninguna medida adicional que exceda la gestión burocrática del artículo 155 de la Constitución. El mayor riesgo ahora para el PP es que los ciudadanos que estén disconformes con su tarea tienen una alternativa sólida en Ciudadanos.