JORDI AMAT-EL PAÍS

  • En las zonas de mayor población, el rojo socialista se impone. A nadie le ha sorprendido. La pérdida de ERC es tan considerable que Junts apenas nota la suya y le duele mucho menos

Una de las noticias más relevantes de las elecciones del 28 de mayo en Cataluña se produjo en Badalona. Después de diversos intentos el candidato popular obtuvo la mayoría absoluta. Se votó en clave local. Ayer en la tercera ciudad del área metropolitana de Barcelona arrasó el PSC. El contraste de Badalona es un ejemplo modélico de lo ocurrido. También Barcelona. Trias de Junts obtuvo 149.000 votos contra Colau, ayer Junts la mitad. No menos significativo lo es el mapa de colores con el que se pinta la geografía para visualizar quién gana. En 2019 el amarillo de Esquerra Republicana era dominante. Ahora, en las zonas de mayor población, el rojo socialista se impone. A nadie le ha sorprendido.

Durante los últimos cuatro años han cambiado cosas esenciales. Por una parte, las medidas de pacificación del gobierno de coalición han acabado con la tensión del lustro anterior. Por otra existía el pánico creciente a un gobierno del Partido Popular con el antiautonomismo programático de Vox. Esa alternativa era gasolina que podía incendiar de nuevos las cenizas del Procés. Se ha rechazado masivamente. Se ha votado contra esa posibilidad y el receptor de ese voto útil ha sido el PSC de Salvador Illa. Por eso el principal pulmón del sanchismo es Cataluña. Aquí la coalición gobernante sale reforzada. Pedro Sánchez y el PSC, también Yolanda Díaz. Porque entre los dos obtienen 26 diputados, siete más de los que ambos partidos ganaron en las dos elecciones generales de 2019. Esta decantación mayoritaria hacia las fuerzas progresistas de ámbito nacional es la cara y tiene su cruz: el considerable batacazo del independentismo, víctima de la abstención, en especial una ERC que pierde seis diputados y algunos centenares de miles de votos y que tiene también como daño colateral la desaparición de la CUP del Congreso.

A la hora de hacer las sumas y las restas Junts pierde, pero la pérdida de ERC es tan considerable que apenas se nota y duele mucho menos. Y además tienen una carta que jugarán a fondo porque también van a crear pánico nacional: el partido de Puigdemont, así lo dijo Míriam Nogueras, abanderará, sí es sí, el bloqueo