Ciudadanos aborda el paso a la madurez de su proyecto político, que conlleva la emancipación de sus orígenes catalanes. El partido, nacido en Cataluña, con un líder catalán, quiere certificar su entidad como partido nacional. Y esa nueva etapa quedará de manifiesto en la Asamblea General que celebra el primer fin de semana de febrero y que marcará el nuevo rumbo político: en ella el peso político de Cataluña se diluye y serán Madrid y Andalucía quienes lleven el peso principal, al contar con la mayor cuota de poder, al ser quienes tengan más compromisarios.
Al cónclave acudirán 479 compromisarios, más los miembros de la Ejecutiva saliente y de la entrante –casi con toda seguridad, Albert Rivera y su equipo serán reelegidos una semana antes–, más los 60 miembros del Consejo General. En total, unos 600 asientos. De ellos, 92 corresponden a los representantes de los militantes por Madrid, 77 a los de Andalucía y 70 a los de Valencia. Se trata de las tres comunidades autonómas donde la formación naranja cuenta con más afiliados –6.305; 5.292 y 4.763, respectivamente–. Cataluña figura en cuarta posición con 3.577 y 53 compromisarios.
Este cambio de equilibrios es importante –hasta ahora, todas las Asambleas han estado determinadas por el factor catalán de la formación–, puesto que el centro de poder se desplaza, lo que conllevará cambios en el rumbo estratégico de cara a los próximos cuatro años. La mudanza de la dirección del partido a la capital ya conllevó una suerte de trance para la formación, pues las bases de Cataluña demandan ciertos guiños para quienes defendieron al partido en los años más difíciles de lucha contra el independentismo.
Este reseteo llega, además, en medio de la polémica por el cambio de Ideario propuesto por la dirección, donde se abandona la socialdemocracia para abrazar el liberalismo-progresista, y donde se elimina que Ciudadanos es un partido de origen catalán. Durante la Asamblea, la formación debatirá varias enmiendas que piden mantener como fuente ideológica el socialismo democrático, una gran parte de ellas impulsadas por este sector en Cataluña. Aunque bien es cierto que pudiera deducirse que es un sentir que comparte una gran parte de la militancia, toda vez que de las cinco enmiendas más votadas por los afiliados en la web del partido, tres incluyen esta modificación a la propuesta oficial.
En todo caso, la dirección del partido contará con un amplio margen de representación y, por lo tanto, de peso en las decisiones que tomará la Asamblea. La presencia de la Ejecutiva saliente y de la entrante –que salvo hecatombe será la misma, pero ampliada con incorporaciones– y del actual Consejo General –elegido en 2011 y de procedencia catalana– supone en torno al 20% del total de representantes. Madrid, a la cabeza de compromisarios, copa el 15%.
Los compromisarios serán elegidos este fin de semana mediante votación telemática y secreta. Serán los representantes de los afiliados y, entre otras enmiendas, debatirán una que expresa la queja de que «no ha existido una óptima gestión de talento dentro del partido» y pide acabar «con un elevado porcentaje de afiliados y simpatizantes durmientes no activos en la vida del mismo, que pagan su cuota pero no se siente parte activa del proyecto ciudadano».