Javier G. Jorrín-El Confidencial
La pérdida de peso del Fondo de Suficiencia, que apoya las regiones con menor densidad de población, ha permitido a las zonas con más habitantes mejorar su posición relativa
Cataluña superó en 2017 la media de España de financiación por habitante de las comunidades autónomas del régimen común. Los recursos de la región crecieron un 4,3% a lo largo del año, lo que permitió el sorpaso. La última vez que se situó por encima de la media fue en 2009, y en los últimos años se había convertido en una de las principales críticas de los partidos independentistas hacia el sistema de financiación autonómica.
La liquidación del ejercicio 2017, que se cerró la semana pasada, indica que Cataluña consiguió ya ese año superar la media española de financiación. Así lo ponen de relieve los cálculos de Ángel de la Fuente, investigador de Fedea, que elabora también el cálculo oficial de las balanzas fiscales para el Ministerio de Hacienda. De mantenerse esta tendencia de mejora de los últimos años, la Generalitat ya no podrá seguir quejándose de tener menos recursos que el resto de regiones para financiar las competencias transferidas.
Esta subida permitió a Cataluña adelantar la media nacional, igual que ocurrió con Madrid. Todos los datos están homogeneizados en función de las competencias de cada comunidad autónoma (para que sean comparables) e introduciendo el criterio de población ajustada, tal y como está reflejado en el propio sistema de financiación.
Lo que hace este criterio es estimar el coste de los servicios públicos, ya que el coste de los servicios varía de forma significativa en función del terreno, la dispersión y las características del grupo social que compone la población. Así, el sistema de financiación (revisado por última vez en 2009) pondera los recursos en función del número de habitantes, el porcentaje de niños y mayores, la superficie total, la dispersión y la insularidad.
Con todos esos criterios, se obtiene el dato de financiación total ajustada al coste de la provisión de los servicios públicos. Cataluña igualó la media nacional en 2016, y en 2017 consiguió superarla por primera vez desde 2009. Esto significa que los recursos con los que cuenta la comunidad son superiores a los del conjunto de España.
Se trata de una situación ventajosa si se compara con las comunidades del Mediterráneo, que también tienen una densidad de población superior a la media nacional. La Comunidad Valenciana repitió como la región peor tratada por el sistema de financiación, con 2.330 euros por habitante, nada menos que un 8% inferior al conjunto del país. Una situación similar ocurre con Murcia, que tuvo 2.340 euros por habitante, y Andalucía, con 2.414 euros.
Cataluña es, junto a Baleares, la única comunidad que recibe todos los ingresos extra que reparte el Estado al margen del sistema de financiación
Cataluña es, junto a Baleares, la única comunidad que recibe todos los ingresos extraordinarios que reparte el Estado al margen del sistema de financiación. En 2017 percibió 34 millones de euros por compensación de tributos cedidos, 20,8 millones por el impuesto sobre actividades de juego, 50 millones del impuesto sobre depósitos y 164 millones para financiar la lengua autonómica.
De esta forma, Cataluña es una de las pocas comunidades autónomas que tienen una financiación efectiva superior a la financiación estándar, junto con Andalucía, Baleares, Madrid y Canarias.
Madrid y Cataluña se han beneficiado de la caída de ingresos en términos de caja del año 2017 (por el cambio normativo del IVA) que redujo la financiación procedente del Fondo de Suficiencia. Este fondo se encarga de garantizar la prestación de los servicios básicos en todas las comunidades y beneficia especialmente a las que tienen una población más dispersa y menor renta per cápita.
Pierden las comunidades del norte
Como su financiación se redujo en 2017, perjudicó a Cantabria, La Rioja, Extremadura, Castilla y León y Aragón, lo que mejoró la posición relativa de Cataluña y Madrid. El Estado también está dotando de menos recursos al Fondo de Cooperación, que mejora la financiación de estas regiones con menor renta total, lo que también ayuda a mejorar la situación de las comunidades ricas.
Galicia, por el contrario, siguió el camino opuesto a Madrid y Cataluña y cayó por debajo de la media nacional de recursos por habitantes procedentes del sistema de financiación. La región se vio afectada tanto por la caída del Fondo de Suficiencia como por la pérdida de peso del Fondo de Cooperación. La consecuencia es que sus ingresos por habitante ajustado apenas crecieron un 1,9%, de modo que perdió puestos en el listado autonómico.
La región peor tratada por el actual sistema de financiación, Valencia, logró una gran mejora en 2017 gracias a este reequilibrio de peso entre los distintos fondos (fruto de la recaudación de caja lograda ese ejercicio). Sus ingresos por habitante aumentaron un 4,7% en el año, lo que permitió alcanzar a la siguiente región con peor financiación: Murcia. Su mejora, unida al deterioro sufrido por Cantabria (la comunidad con más recursos), permitió reducir la brecha de financiación en 3,8 puntos: del 31,2% al 27,4%.
En concreto, el nuevo Régimen Económico y Fiscal de la región permite su acceso al Fondo de Competitividad sin que se produzca una corrección paralela de esos recursos extra. El resultado fue un incremento de los recursos del 6% a lo largo del año, la misma cifra que Baleares y la más alta de todas las comunidades del Régimen Común.